Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 07/05/2018) - La violencia que ha golpeado Bangui en los
últimos días “es la manifestación de un plan maquiavélico creado por
algunos países conocidos que se hacen llamar amigos, con la complicidad
de algunos patriotas”. Lo afirma la Plataforma de Líderes Religiosos por
la Paz, denunciando las causas de la “masacre ciega e innoble
perpetrada 1 de mayo” en la parroquia Notre Dame de Fátima que causó la
muerte de varios creyentes y civiles inocentes, incluido el padre Albert
Toungoumala Baba, además de un centenar de heridos”.
Según los líderes religiosos del país, los objetivos que persiguen los
incitadores de la violencia son: repartirse el país; hacer que
Centroáfrica sea ingobernable; y si fuese necesario, ponerlo bajo un
protectorado. “Todas las confesiones religiosas de Centroáfrica se
oponen firmemente a estas acciones de desestabilización”, se lee en una
declaración enviada a la Agencia Fides, desde la plataforma de líderes
religiosos. El cardenal Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui,
colabora con esta plataforma por la parte católica. Tras la masacre el
Cardenal Nzapalainga se había interrogado sobre la existencia de “una
agenda oculta” que dirige las acciones de los perpetradores de la
masacre. Ahora quienes denuncian una maniobra de
desestabilización de la República Centroafricana son todas las
principales confesiones religiosas del país, cuyos líderes invitan a la
población y en particular a los jóvenes, a “mantener la calma y a no
dejarse arrastrar por el odio y la violencia”.
Los líderes religiosos, denunciando las “acciones concertadas para
informar a la opinión pública nacional e internacional sobre el grave
peligro que amenaza la vida de nuestra nación”, han decidido proclamar
“tres días de oración en todas las iglesias y mezquitas, el 10, 11 y 12
de mayo, para pedir el retorno de la paz en los corazones y las almas y
la salvaguardia del país de los peligros a los que lo empujan sus
enemigos”.
Por último, los líderes religiosos piden al gobierno y a la MINUSCA
(Misión de la ONU en la República Centroafricana) que “hagan todo lo
posible por llevar a los autores de estos actos de odio ante la
justicia”.
Después de la oración del Regina Coeli, este domingo 6 de mayo, el Papa
Francisco dirigió una “invitación a orar por el pueblo de la República
Centroafricana, un país que tuve la alegría de visitar y que llevo en mi
corazón, y donde en los últimos días han ocurrido graves actos de
violencia con numerosos muertos y heridos, incluido un sacerdote. Por la
intercesión de la Virgen María, que el Señor ayude a todos a decir no a
la violencia y a la venganza, para construir juntos la paz”.