Cucuta, COLOMBIA (Agencia Fides, 26/11/2018) – Mientras los ojos del mundo se fijan en la
situación de tensión creada en la frontera sur de los Estados Unidos por
la llegada de las caravanas de los migrantes centroamericanos que
esperan que se les permita ingresar, otro grupo de migrantes recibe
asistencia, casi en una situación de emergencia, en la frontera entre
Colombia y Venezuela. De hecho, un gran grupo de venezolanos espera,
formando largas filas, para recibir gratis un plato de "pasta con atún",
un plato "delicioso" para muchos migrantes que llegan hambrientos de
diferentes partes de Venezuela, con la intención de continuar el viaje
hacia el al sur de latinoamerica, tal vez al Perú.
Son recibidos por un grupo de voluntarios católicos que trabajan para
aliviar el hambre de esta población vulnerable: hay también muchos que
cruzan la línea divisoria entre Colombia y Venezuela solo para llegar
aquí y aprovechar este gesto de caridad, antes de regresar. otra vez a
Venezuela. Esta es la misión diaria de los más de 200 colaboradores de
la "Divina Providencia", un comedor popular de la comunidad de la
Iglesia Católica, ubicada en Villa del Rosario, Norte de Santander, a
menos de 500 metros del puente internacional Simón Bolívar.
Este grupo de voluntarios, colombianos y venezolanos, coordinado por la
diócesis de Cúcuta y por las parroquias de la zona, recibe alimentos del
Banco Mundial de Alimentos, que gestiona la donación de las Naciones
Unidas. Este grupo de personas de la diócesis de Cúcuta prepara
alrededor de 3.000 comidas al día.
"La crisis económica y la falta de alimentos nos han llevado a salir de
Venezuela. Siempre he creído que es inútil criticar, así que me quedé
aquí para ayudar a mis compatriotas, desde aquí, con lo que más falta en
mi país: la comida", dijo Alexis José Rivero López, de Venezuela, de
Acarigua , quien llegó a Colombia hace 10 meses y encontró una opción de
supervivencia como asistente de cocina en la Divina Providencia, según
una nota enviada a la Agencia Fides por una fuente local.
Según la ONU, alrededor de 2,3 millones de personas han abandonado
Venezuela desde 2014, desde que comenzó una aguda crisis económica.
Colombia ha recibido a más de un millón, de los cuales ha regularizado
820,000, mientras que en Perú casi un millón de venezolanos están
registrados.