Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 28/11/2018) - "La violencia y el horror siguen extendiéndose
en República Centroafricana. Los crímenes aumentan y el país se hunde en
una miseria que va más allá de toda comprensión humana". Lo explica a
la Agencia Fides el padre Donald Zagore, teólogo de la Sociedad para las
Misiones Africanas, al ser cuestionado por las masacres de Alindao y
los crímenes que no perdonan tampoco a la Iglesia local. "Sin embargo, ante tal escenario, Comunidad Internacional
no parece comprometerse con el desarme de estos rebeldes y el arresto de
los responsables de esta guerra. Por el contrario, estamos asistiendo a
acciones selectivas que, lejos de consolidar la paz, la ponen cada vez
más en peligro", añadió el teólogo marfileño.
Recientemente, Alfred Yekatom, conocido comúnmente como "Coronel Rambo",
-ex miembro del ejército de la República Centroafricana, ex diputado y
ex jefe de la milicia anti-Balaka (que se opone a la milicia Seleka)-,
fue detenido y trasladado a la Corte Penal Internacional (CPI) acusado
de crímenes contra la humanidad, tortura, mutilación y reclutamiento de
niños soldados. "Se trata, sin duda, de una acción que da confianza a la
población, pero que sigue siendo, un signo de la injusticia que, lejos
de aliviar las tensiones, agravará aún más la ya caótica situación
sociopolítica de la República Centroafricana", señala Zagore.
"Su arresto es una expresión de justicia selectiva. El líder del ala
armada anti-Balaka no es el único que está castigando al país, sino
también los Seleka, la principal fuerza rebelde. Las fuerzas anti-Balaka
fueron creadas en respuesta a la violencia, empezando por los crímenes
contra la humanidad cometidos por los Seleka; y mientras que las
milicias Seleka continúen causando estragos impunemente en el territorio
centroafricano, la paz seguirá siendo lejana. Por el bien de nuestros
hermanos y hermanas de la República Centroafricana, cansados del
sufrimiento, no convirtamos la justicia en un instrumento de
injusticia", concluye el religioso.