Beirut, LÍBANO (Agencia Fides, 27/11/2018) – “La visita que los obispos maronitas hemos
realizado a Roma ha estado llena de reuniones donde se nos ha confirmado
el lugar que ocupa el Líbano, Oriente Medio y las Iglesias orientales
en el corazón del Papa. Nos ha complacido encontrar al Papa quien nos
escuchó y quiso comprender todas nuestras necesidades”. Así habló el
patriarca maronita Bechara Boutros Rai ayer, lunes 26 de noviembre, a
los periodistas que lo esperaban en el aeropuerto de Beirut a su regreso
de Roma y su marcha para viajar a Irak, -junto con el patriarca griego
melquita Youssef Absi, el patriarca siro-católico Ignazio Youssif III
Younan y el patriarca católico armenio Krikor Bedros XX Ghabroyan-, para
participar en los trabajos de la 26ª reunión del Consejo de Patriarcas
Católicos de Oriente organizada por el patriarca caldeo Louis Raphael
Sako, del 26 al 30 de noviembre, y dedicada a los jóvenes como “un signo
de esperanza en los países de Oriente Medio”.
El patriarca Rai, respondiendo a las solicitudes de periodistas, se
refirió a las palabras del Papa Francisco sobre el “equilibrio creativo
en el Líbano entre musulmanes y cristianos” que es “tan fuerte como los
cedros”, reafirmando que la convivencia entre libaneses puede ser
favorecida distinguiendo la esfera política de la esfera religiosa con
mayor claridad. El cardenal Rai también expresó su total consonancia con
el presidente libanés, Michael Aoun, e insistió en que la formación de
un gobierno es urgente y no puede ser bloqueada por los vetos cruzados
de intereses sectarios y partidistas. Respecto a la cuestión apremiante
de los refugiados y su regreso a sus países de origen, el patriarca
maronita dijo una vez más que los actores internacionales “persiguen sus
propios intereses, cuando provocan la guerra y la alimentan, cuando
forjan organizaciones terroristas y también envían mercenarios. Se trata
de intereses políticos y económicos que están claros
para todos, y cuando no se fomenta el regreso de las personas
desplazadas es porque no se quiere la paz. El banquete aún no ha
terminado”.
El patriarca Rai reiteró que la comunidad internacional está llamada a
“separar la cuestión política de Siria del problema de los refugiados y
las personas desplazadas, que tienen derecho a regresar a su propio
país”. “Cuando una guerra es alimentada por armas y dinero, -añadió el
cardenal libanés-, alguien está obligado a ayudar a los refugiados y
permitirles reconstruir sus vidas. Pero el Líbano no puede soportar solo
el peso de recibir y mantener a los refugiados sirios, una situación
que amenaza con colapsar el país desestabilizándolo económica, política y
demográficamente. No se puede hacer con los refugiados sirios lo que se
ha hecho con los palestinos, que han estado viviendo en campamentos de
refugiados durante los últimos 70 años. No podemos hacer eso”, concluyó
el patriarca.