Accra, GHANA (Agencia Fides, 21/11/2018) – En 2017 4.092 ghaneses fueron repatriados desde
Libia. Así lo señalaron los obispos de Ghana en la declaración publicada
al final de la Asamblea Plenaria Anual celebrada en Techiman, en la
región de Brong Ahafo. En el documento, recogido por la Agencia Fides,
se reportaron las estadísticas oficiales del gobierno de Accra según las
cuales de los más de 4.000 ghaneses repatriados, 1.562 proceden de la
región de Brong Ahafo, situada en la parte central del país, la tercera
en número de habitantes.
La Conferencia Episcopal de Ghana renovó su compromiso de contribuir "a
reducir el alto nivel de migración en esta zona de nuestro país",
pidiendo a Caritas Ghana "que dé prioridad a las actividades para hacer
frente a esta amenaza en la región de Brong Ahafo y en todo el país". La
Iglesia también está comprometida a reducir el desempleo juvenil
mediante el lanzamiento de dos nuevos programas: Inversión de Impacto
Social e Iniciativas de Empresas Sociales.
"Nuestras reuniones en Techiman nos han permitido escuchar quejas de las
autoridades políticas locales y tradicionales, del obispo local y de
otros acerca de la marea de migrantes irregulares que abandonan
Techiman, Nkoranza y toda la región de Brong Ahafo", escriben los
obispos, quienes se declararon "entristecidos por la terrible pérdida de
vidas en el desierto y en el Mediterráneo de los jóvenes que se
embarcan en estos peligrosos viajes. Compartimos la ansiedad de las
familias que han perdido contacto con sus seres queridos y oramos para
que regresen sanos y salvos".
Otro tema abordado por los obispos fue el medio ambiente. Ghana es uno
de los mayores contenedores de desechos electrónicos del mundo. Varias
zonas de su territorio están contaminadas por metales pesados contenidos
en los dispositivos electrónicos que se arrojan en enormes vertederos
al aire libre. Los obispos se quejan del "aumento obsceno de basura y de
pilas, así como de desechos plásticos, electrónicos y otros materiales
que sofocan nuestros canales de drenaje, calles y otros lugares
públicos".
A esto se suma la desertificación progresiva –causada por la acción del
hombre, con incendios indiscriminados en los bosques –y el acaparamiento
salvaje de tierras por parte de agentes extranjeros. "Esta situación
agrava la pobreza de las poblaciones rurales, privándolas incluso de
medios de subsistencia", denunciaron los obispos.