Bogotá, COLOMBIA (Agencia Fides, 14/05/2020) - El presidente del Consejo Episcopal
Latinoamericano (CELAM), el Arzobispo Héctor Miguel Cabrejos Vidarte
exhortó a los Obispos de América Latina y el Caribe a unirse al clamor
global por la humanidad convocado por el Alto Comité para la Fraternidad
Humana y acogido por el Santo Padre para el próximo 14 de mayo, para
implorar al Padre y Señor de la vida que ayude a la humanidad a superar
la pandemia de coronavirus.
La nota del CELAM recibida en la Agencia Fides señala como los obispos
del continente están llamados a invocare a Dios “para que inspire a la
ciencia para que muy pronto encuentre la cura para el COVID-19, a fin de
restablecer la salud y el desarrollo, de tal forma, que juntos
construyamos una civilización más humana y fraterna”. Igualmente
aprovechan la ocasión para expresar su cercanía y oración de manera
particular por quienes están sufriendo la inclemencia del COVID-19,
encomendándolos a la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe como
madre y emperatriz de América.
El arzobispo de Maracaibo y Presidente de la Conferencia episcopal
venezolana, Mons. José Luis Azuaje, a través de un mensaje invita a
"todos los cristianos de nuestra nación” a unirse a la Jornada mundial
de oración, ayuno y caridad, propuesto por el Alto Comité para la
Fraternidad humana y acogido por el Papa Francisco.
En su mensaje, el Arzobispo escribe: "Queremos invitar a todos los
cristianos a unirse el jueves 14 de mayo de 2020 en oración, para que el
Señor pueda dar sabiduría a los científicos y encontrar la vacuna
contra esta enfermedad. A rezar, al mismo tiempo por los enfermos; hacer
el gesto de ayunar sabiendo el hambre que atraviesan millones de
familias en Venezuela; pero no es solo un ayuno del pan, sino abandonar
actitudes pesimistas y aflicciones desesperadas. También para recordar
la necesidad de ser solidarios con los más vulnerables en nuestras
comunidades, sabiendo que nadie se salva por sí solo".
“Como venezolanos – concluye -, todos nos necesitamos unos a otros, pero
también necesitamos la fuerza espiritual que proviene de Dios para
permanecer firmes y participar en los cambios necesarios en nuestra
patria que promueven la dignidad humana y el bien común”.