Han
intervenido el Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, Presidente del
Consejo Pontificio Justicia y Paz, la escritora Naomi Klein, Ottmar
Edenhofer, Co-Presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático (IPCC) y Bernd Nilles, Secretario General de la
Alianza Internacional de Organizaciones de Desarrollo católicas (CIDSE).
El Cardenal Turkson subrayó que el título de la conferencia, que se
centrará en el cambio climático, indica claramente el objetivo que se
persigue: la gente y el planeta, no uno a expensas del otro y recordó
que en su última encíclica, ''Laudato si'', el Papa FRANCISCO propone una ecología
integral que respete la dimensión humana y social y evidencia que el
cambio climático es uno de los principales desafíos que enfrenta la
humanidad en nuestros días, señalando además que el clima es un bien
común, que pertenece a todos y es significativo para todos. ''Sin
embargo -señaló el purpurado- los costos del cambio climático repercuten
sobre todo en los que son menos responsables y menos capaces de
adaptarse a él, a los pobres. En general, el cambio climático es un
problema global con un espectro de consecuencias graves: ambientales,
sociales, económicas y políticas''. En Laudato si', el Santo Padre
lamenta también el fracaso de las últimas cumbres mundiales sobre el
medio ambiente y lanza un llamamiento urgente para que se logren
acuerdos internacionales vinculantes para detener el cambio climático.
A
este respecto, como observó el Cardenal Turkson, la conferencia COP21
(París, 30 noviembre-11 diciembre 2015) será crucial en la
identificación de soluciones fuertes para el problema del cambio
climático . Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015-2030) también
son relevantes en este contexto y coinciden en diversos aspectos con
cuanto afirma el Papa en su encíclica. ''Por ejemplo -señaló el prelado-
en el punto 13 dedicado al imperativo de tomar medidas urgentes para
combatir el cambio climático y sus repercusiones, las propuestas
incluyen la construcción de ciudades y asentamientos humanos inclusivos,
seguros, resilientes y sostenibles; el establecimiento de patrones de
consumo y producción sostenibles; la defensa del mar y el uso sostenible
de sus recursos marinos para el desarrollo , la protección, la
restauración y la promoción del uso sostenible de los ecosistemas
terrestres, la gestión sostenible de los bosques, la lucha contra la
desertificación, el impedir y revertir la degradación del suelo y la
pérdida de biodiversidad''.
''Estos
objetivos, de forma similar a los puntos importantes en ''Laudato si", dependen del compromiso y la voluntad de toda la comunidad mundial
durante la 70 Asamblea General de la ONU a partir de mediados de
septiembre de 2015. Sin embargo -el mayor obstáculo para el "imperativo
de cambiar de rumbo" no es económico, científico o incluso tecnológico,
sino que se anida, más bien, en nuestras mentes y corazones...La misma
lógica que dificulta tomar decisiones drásticas para invertir la
tendencia al calentamiento global es la que no permite cumplir con el
objetivo de erradicar la pobreza... La dimensión política necesita
retomar el control sobre la economía y las finanzas, es decir, sobre las
decisiones básicas de las sociedades humanas. Este es el camino que
recorre la entera familia humana, el que pasa de Nueva York a París y
más allá'', finalizó el prelado.
A
continuación Naomi Klein afirmó que cuánto escribe el Papa FRANCISCO en
"Laudato si", no es solo una enseñanza para el mundo católico, sino para
''cada persona que viva en este planeta''. ''Y puedo decir que, como
feminista judía no practicante que se siente sorprendida de haber sido
invitada al Vaticano, ciertamente me habla también a mí''.
Por
eso ''un nuevo tipo de movimiento climático está emergiendo
rápidamente. Se basa en la verdad más valiente expresada en la
encíclica: que nuestro sistema económico actual al mismo tiempo que
alimenta la crisis climática nos impide tomar las acciones necesarias
para evitarlo. Un movimiento basado en el conocimiento de que si no
queremos que el cambio climático se nos escape de las manos necesitamos
un cambio de sistema. Y debido a que nuestro sistema actual también está
alimentando cada vez mayor desigualdad, tenemos la oportunidad, frente
al desafío climático, de resolver múltiples crisis superpuestas a la
vez. En resumen, podemos conseguir invertir la ruta hacia un clima más
estable y al mismo tiempo hacia una economía más justa''.
''Esta
creciente comprensión es la causa de algunas alianzas sorprendentes e
incluso inverosímiles. Como, por ejemplo, yo en el Vaticano. Al igual
que los sindicatos, los indígenas, los fieles de diversos grupos y los
ecologistas trabajando más a contacto que nunca. Dentro de estas
coaliciones, no estamos de acuerdo en todo.... Pero sabemos que la
puesta en juego es tan alta, el tiempo tan corto y la tarea tan grande
que no podemos permitirnos el lujo de dejar que las diferencias nos
dividan. Cuando cuatrocientas mil personas marcharon por la justicia
climática en Nueva York el pasado mes de septiembre, el lema fue "Para
cambiar todo, necesitamos a todos". Ese todos incluye, por supuesto a
los líderes políticos. Y después de haber asistido a muchas reuniones
con los movimientos sociales sobre la cumbre COP en París, puedo afirmar
que habrá tolerancia cero para otro fracaso disfrazado de éxito ante
las cámaras. Si el acuerdo no logra reducciones inmediatas de emisiones
al tiempo que proporciona un apoyo real y sustancial para los países
pobres, entonces será declarado un fracaso. Como realmente lo sería''.
''Lo
que siempre debemos recordar -subrayó Naomi Klein- es que no es
demasiado tarde para desviarse del camino peligroso que nos está
llevando hacia 4 grados de calentamiento. De hecho aún podríamos
mantener el calentamiento por debajo de 1.5 grados si lo consideramos
nuestra principal prioridad colectiva. Sería difícil, sin duda. Tan
difícil como el racionamiento y las reconversiones industriales que una
vez que se hicieron en tiempos de guerra. Como los programas ambiciosos
de lucha contra la pobreza y obras públicas a raíz de la Gran Depresión y
la Segunda Guerra Mundial. Pero difícil no es lo mismo que imposible. Y
renunciar a una tarea que podría salvar incontables vidas y evitar
tanto sufrimiento, simplemente porque es difícil, costoso y requiere
sacrificio de los que pueden permitirse vivir con menos no es
pragmatismo. Es una rendición de lo más cobarde. Y no hay análisis de
costos y beneficios en el mundo capaz de justificarlo''.