CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 02/12/2015) - «En lo que se refiere a la seguridad, mi experiencia es la siguiente: es
cierto que estaban presentes las fuerzas de paz de la ONU, la
gendarmería local, las fuerzas de seguridad. Pero, los que realmente han
protegido la visita del Papa, y no han permitido a ninguna amenaza el
tomar forma, han sido el entusiasmo y el cariño de las personas que han
rodeado al Papa desde el aterrizaje hasta la partida». Son las palabras
del Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la
Evangelización de los Pueblos, ofreciendo una breve e intensa
explicación de la visita papal que acaba de terminar, a los
participantes en la asamblea plenaria de la Congregación misionera,
reunidos en Roma, en la Pontificia Universidad Urbaniana, para la
segunda jornada de trabajos.
En su discurso improvisado, aplaudido por los presentes, el Cardenal -
que ha acompañado al Papa en la visita apostólica que acaba de terminar -
ha recorrido brevemente las tres etapas del primer viaje a África del
Papa Francisco, centrándose en particular en los días pasados en la
República Centroafricana. «Aterrizamos en el aeropuerto – ha dicho el
Cardenal Filoni - pero antes de aterrizar ya se veía la destrucción de
las casas quemadas por los alrededores de Bangui. Decenas de miles de
refugiados que corrían hacia la pista, porque todo el aeropuerto está
rodeado de campos de refugiados, y sólo estaban las fuerzas de paz para
garantizar que la pista estuviese libre. Todo el mundo decía que la
República Centroafricana era una etapa difícil, de hecho, había
recomendado no realizarla» ha subrayado el Cardenal Filoni, «pero la
determinación del Papa ha tenido razón sobre las muchas preocupaciones
humanas y políticas». Han “protegido” la visita papal «un “cinturón” de
gente muy pobre, que corría continuamente alrededor del coche papal, sin
dejar ni un minuto sólo al Papa, y así le han defendido de cualquier
posible peligro».
Para el cardenal, un gesto «proféticamente importante también desde el
punto de vista eclesiológico ha sido la apertura de la Puerta Santa en
Bangui, en un país que ha estado y sigue estando sacudido por una
violencia sin precedentes», en el corazón de un Continente «que sufre
por las muchas guerras, guerrillas, corrupción y robo, peor que también
es joven en la fe y en el entusiasmo». En esta situación compleja, «en
la que se entrelazan problemas y cosas buenas», Bangui – ha repetido el
Cardenal Filoni, retomando una imagen utilizada por el Papa - «se ha
convertido por un día en la capital espiritual del mundo».
Según el prefecto de la Congregación, el viaje apostólico a África,
aunque agotador, ha consolado y alentado al Sucesor de Pedro en el
ejercicio de su misión: «El Papa» ha recordado el Cardenal Filoni
«siempre repite que la oración de los pobres es la que más lo sostiene
en su ministerio. También en África decía: rezad por mí, para que pueda
ser un buen sacerdote y un buen obispo, y así pueda cumplir mi
ministerio pastoral, como el Señor quiere».