domingo, 17 de abril de 2016

FRANCISCO: Regina Coeli del domingo 17 de abril

CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.mx - Abril 17 de 2016).-  A las 12.00 horas de este domingo, el Santo Padre FRANCISCO desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, ha rezado el Regina Coeli con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.

Este es el texto íntegro de la oración:


PAPA FRANCISCO

REGINA COELI

Plaza de San Pedro
  Domingo, 17 de abril de 2016


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


El evangelio de hoy (Jn 10,27-30) nos ofrece algunas expresiones pronunciadas por Jesús durante la fiesta de la dedicación del templo de Jerusalén, que se celebraba al fin de diciembre. El se encuentra justo en el área del templo, y quizás aquel espacio sagrado cercado le sugiere la imagen de las ovejas y del pastor. Jesús se presenta como “el buen pastor” y dice: «Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eternas y no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mi mano» (vv. 27-28). Estas palabras nos ayudan a comprender que nadie puede darse por seguidor de Jesús, si no presta atención a su voz. Y este “escuchar” no se debe de entender de modo superficial, sino cautivante, al punto de hacer posible un verdadero cononocimiento recíproco, del cual puede venir una secuela generosa, expresada en las palabras «y ellas me siguen» (v. 27). ¡Se trata de una escucha no solo del oído, sino una escucha del corazón!

Por lo tanto, la imagen del pastor y de las ovejas indica la estrecha relación que Jesús quiere establecer con cada uno de nosotros. Él es nuestra guía, es nuestro maestro, es nuestro amigo, es nuestro modelo, pero sobretodo es Él nuestro Salvador. En efecto la frase siguiente del pasaje evangélico afirma: «Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás y nadie puede arrebatarlas de mi mano» (v. 28). ¿Quien puede hablar así? Solamente Jesús, porque la “mano” de Jesús es una sola cosa con la “mano” del Padre, y el Padre es «más grande que todos» (v. 29). 

Estas palabras nos comunican un sentido de absoluta seguridad y de inmensa ternura. Nuestra vida está plenamente segura en las manos de Jesús y del Padre, que son una sola cosa: un único amor, una única misericordia, revelados una vez para siempre en el sacrificio de la cruz. Para salvar las ovejas perdidas que somos todos nosotros, el Pastor se ha hecho cordero y se ha dejado inmolar para tomar sobre de sí y sacar el pecado del mundo. ¡De este modo Él nos ha donado la vida, pero la vida en abundancia (cfr Gv 10,10)! Este misterio se renueva, en una humildad siempre sorprendente, en la mesa eucarística. Es allí donde las ovejas se reúnen para nutrirse; es allí que se convierten en una sola cosa, entre ellas y con el Buen Pastor.


Por esto no debemos tener más miedo: nuestra vida está ya salvada de la perdición. Nada ni nadie podrá arrancarnos de las manos de Jesús, porque nada ni nadie puede vencer su amor. ¡El amor de Jesús es invencible! El maligno, el gran enemigo de Dios y de sus creaturas, intenta de muchos modos arrancarnos la vida eterna. Pero el maligno no puede nada si nosotros no le abrimos la puerta de nuestra alma, siguiendo sus adulaciones engañosas.


La Virgen María ha escuchado y seguido dócilmente la voz del Buen Pastor. Que Ella nos ayude a acoger con alegría la invitación de Jesús a convertirnos en sus discípulos, y a vivir siempre en la certeza de estar en las manos paternas de Dios.


Después del Regina Coeli:


Queridos hermanos y hermanas,

Agradezco a cuantos han acompañado con la plegaria la visita que he realicé ayer a la Isla de Lesbos, en Grecia. A los prófugos y al pueblo griego les he llevado la solidaridad de la Iglesia. Estuvieron conmigo el Patriarca Ecuménico Bartolome y el Arzobispo Ieronymos de Atenas y de toda Grecia, para significar la unidad en la caridad de todos los discípulos del Señor. Visitamos uno de los campos de refugiados: provenientes de Iraq, de Afghanistán, de Siria, de África, de tantos Países… Saludamos cerca de 300 de estos prófugos, uno a uno. Los tres: el Patriarca Bartolome, el Arzobispo Ieronymos y yo. Muchos de ellos eran niños; algunos de ellos – de estos niños – han  visto la muerte de sus padres y de sus compañeros, algunos muertos ahogados en el mar. ¡Han visto tanto dolor! Y deseo contar un caso particular, de un hombre joves, non tiene 40 años. Lo he encontrado ayer, con dos de sus hijos. Él es musulmán y me ha contado que estaba casado con una joven cristiana, se amaban y se respetaban recíprocamente. Pero lamentablemente esta joven fue degollada por los terroristas, porque no quiso renegar a Cristo y abandonar su fe. ¡Es una mártir! Y aquel hombre lloraba tanto…


Esta noche un violento terremoto ha golpeado al Ecuador, causando numerosas víctimas e ingentes daños. Oremos por aquellas poblaciones; y también por el Japón, donde han estado ocurriendo algunos terremotos en estos días. Que la ayuda de Dios de los hermanos le de fuerza y sostén.


Hoy es la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, Estamos inviados a rezar por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Es en esta Jornada he ordenado esta mañana once nuevos Sacerdotes. Renuevo mi saludo a los neo-presbíteros, a los familiares y a los amigos; e invito a todos los sacerdotes y a los seminaristas a participar en su Jubileo, en los tres primeros días de junio. Y a vosotros jóvenes, chicos y chicas que estaís en la Plaza: pensad si el Señor no los llama a consagrar la vida a su servicio, ya sea en el sacerdocio, ya sea en la vida consagrada.


Saludo con afecto a todos vosotros, peregrinos provenientes de Italia y de tantas partes del mundo. Están presentes familias, grupos parroquiales, escuelas y asociaciones: los bendigo a todos. Saludo en particular a los fieles de Madrid, San Pablo de Brasil y Varsovia; como también a las peregrinaciones de las diócesis de Cerreto Sannita-Telese-Sant’Agata dei Goti y Siena-Colle Val d’Elsa-Montalcino, acompañados por sus Obispos; a los fieles de Specchia y de Verona; la Coral Laurenziana de Mortara y al grupo “Padres por la terapia intensiva neonatal”.


Estoy cercano a tantas familias preocupadas por el problema del trabajo. Pienso en particular en la situación precaria de los trabajadores italianos de los Call Center: Deseo que sobre todo prevalezca siempre la dignidad de la persona humana y no los intereses particulares.


A todos deseo un buen domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y adiós!


(Traducción del original italiano: http://catolicidad.blogspot.mx)


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