Johannesburgo, SUDÁFRICA (Agencia Fides, 30/04/2016) - “Se podían haber gastado los fondos
utilizados para comprar armas en medicamentos antirretrovirales” afirma
Su Exc. Mons. Abel Gabuza, obispo de Kimberley y Presidente de la
Comisión Justicia y Paz de la Southern African Catholic Bishops’
Conference (SACBC), en un comunicado lanzado al día siguiente de la
publicación del informe de la comisión de investigación encargada de
verificar si se produjeron irregularidades en el acuerdo del 1999 para
la adquisición de grandes cantidades de armas por parte del gobierno de
Sudáfrica.
La comisión ha establecido que no hay pruebas de fraudes o de
malversación en la estipulación del contrato que se realizó en tiempos
de la Presidencia de Thabo Mbeki. Los obispos africanos, a través de
Mons. Gabuza, afirman que independientemente del hecho de que no se
produjese ningún acto de corrupción, el acuerdo para la compra de armas
en sí mismo fue “un error ético de proporciones desmesuradas”.
“Es importante recordar - escribe Mons Gabuza - que en el momento en el
que el gobierno gastaba miles de millones de Rand en la compra de armas,
a nuestra población ese mismo gobierno le decía que no podía
desembolsar dinero para comprar los medicamentos antirretrovirales. Así
que seguimos insistiendo en que el contrato para la compra de armas fue
un error ético monumental”.
El Presidente de la Comisión Episcopal justicia y Paz afirma que después
de haber estudiado “los argumentos técnicos utilizados por el Comité
Sereti para llegar a sus conclusiones, se reitera que en ausencia de una
amenaza militar externa clara a nuestro país, es éticamente
irresponsable e innecesario gastar miles de millones de nuestros escasos
recursos en armas, en un país que está luchando por recuperarse de los
altos niveles de desempleo y de la pobreza extrema”.
“La mayor amenaza para nuestra seguridad nacional son la desigualdad
económica y el desempleo juvenil, que alimentan las protestas sociales
violentas” reafirma el Obispo. “Todos los días vemos protestas en los
servicios públicos y otras formas de protesta que se están convirtiendo
poco a poco en violencia. La capacidad de defensa que el ejército ha
conseguido a través del acuerdo para el suministro de armas del 1999 son
irrelevantes de cara a esta amenaza a la seguridad”, concluye Mons.
Gabuza que pide también al gobierno que suspenda el acuerdo para la
compra de nuevas plantas de energía nuclear.