Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 30/04/2016) - En Lubero del Sur (Kivu del Norte, al este de
 la República Democrática del Congo, RDC), desde hace algún tiempo, las 
relaciones entre las comunidades Hutu y Nande se han deteriorado, 
degenerando en conflicto, refiere una nota enviada a la Agencia Fides 
por la Red Paz para el Congo.
Los Nande acusan a los Hutu congoleños de ser cómplices de las FDLR 
(Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda), un grupo armado de 
origen ruandes, pero que actúa en el este de la RDC y a menudo está 
detrás de atroces actos de violencia perpetrados contra la población 
congoleña. El grupo suele estar acompañado de sus respectivas familias.
Desde hace tiempo, los Nande denuncian la ocupación anárquica de sus 
tierras por parte de los Hutus y la participación de estos últimos en 
los crímenes contra la humanidad cometidos por las FDLR: matanzas de 
civiles, secuestros de personas, asesinatos de líderes locales y jefes 
tradicionales, saqueo de los cultivos y quema de aldeas, siguiendo una 
estrategia de ocupación de las tierras sin respetar el derecho 
tradicional de la zona. Para protegerse, los Nande a su vez han creado 
su propia milicia, el grupo armado “Mai-Mai Yira”, que se ha convertido 
después en la Unión de Patriotas para la Defensa de los inocentes (UPDI). 
La nota subraya que “el conflicto social entre las dos comunidades corre
 el peligro de convertirse en un conflicto étnico. Para evitar que 
suceda esto, se han formulado varias recomendaciones”.
Entre las sugerencias están: el fortalecimiento de la presencia militar 
para neutralizar tanto a las FDLR como a las diversas milicias Mai-Mai, a
 las que cada comunidad tiende a recurrir en busca de protección; el 
despliegue de la Policía Nacional Congoleña (PNC) para mantener el orden
 en las zonas liberadas por las Fuerzas Armadas de la República 
Democrática del Congo, FARDC; la repatriación a Ruanda de los miembros 
de las FDLR que ya han sido entregados o que se entregarán al ejército o
 a la MONUSCO (Misión de la ONU en la RDC); la apertura urgente de una 
investigación independiente, tanto a nivel nacional como internacional, 
para identificar los autores intelectuales y materiales de los ataques 
contra aldeas, secuestros y masacres cometidos e iniciar los 
procedimientos judiciales contra ellos; la gestión con transparencia de 
los movimientos de inmigración, para garantizar la seguridad de los que 
emigran y para tranquilizar a las comunidades locales; iniciar pr
oyectos
de desarrollo comunitario, para reducir el desempleo y la pobreza, que son la base de la violencia y del activismo de los grupos armados.