Caracas, VENEZUELA (Agencia Fides, 28/04/2016) – “Nunca antes habíamos sufrido los venezolanos 
la extrema carencia de bienes y productos básicos para la alimentación y
 la salud, junto con otros males como el recrudecimiento de la 
delincuencia asesina e inhumana, el racionamiento inestable de la luz y 
el agua y la profunda corrupción en todos los niveles del Gobierno y la 
sociedad”: así inicia el comunicado de la Conferencia Episcopal 
venezolana que se ha expresado ante la terrible crisis económica y 
política que vive el país.
 
En el texto, recibido en la Agencia Fides, se afirma: “¡Queremos alertar
 al pueblo!  Que no se deje manipular por quienes le ofrezcan un cambio 
de situación por medio de la violencia social. Pero tampoco por quienes 
le exhortan a la resignación ni por quienes le obligan con amenazas al 
silencio. Nunca debemos ser ciudadanos pasivos y conformistas, sino 
sujetos conscientes de nuestra propia y calamitosa realidad; sujetos 
pacíficos, pero activos y, en consecuencia, actuar como protagonistas de
 las transformaciones de nuestra historia y nuestra cultura”.
 
Los obispos se dirigen a las autoridades, pidiéndoles “que escuchen con 
respeto la voz del pueblo”, y también a los responsables de la violencia
 social: “¡Advertimos a todos los que se aprovechan de la situación de 
escasez y carestía, de que eso es un crimen y un pecado mortal!”.
 
“Para preservar la sana convivencia – continua el comunicado -, 
denunciamos y condenemos los horrorosos linchamientos, perpetrados en 
algunas ciudades”.
Con respecto a la difícil situación de lacerante división política, la 
Conferencia Episcopal afirma: “Los Poderes Públicos deben respetarse 
entre sí y articularse a favor de la nación. el Poder Ejecutivo y la 
Asamblea Nacional están llamados a dar al pueblo ejemplo de 'encuentro y
 diálogo' en favor de la convivencia nacional”.
 
En la conclusión del documento, los obispos venezolanos invitan “a todos
 en la Iglesia, diócesis, parroquias, institutos religiosos, 
asociaciones y grupos de apostolado, institutos educativos católicos, 
centros de reflexión” a “poner urgentemente en primer lugar la caridad”.