Ranchi, INDIA (Agencia Fides, 21/09/2017) – La “ley anti-conversión” que de hecho son
instrumentos para coartar la libertad religiosa, continúan agitando y
polarizando a la sociedad india: así los explica a la Agencia Fides el
jesuita p. Michael Kerketta, teólogo y profesor indio en Ranchi, capital
del estado de Jharkhand, en el norte de la India.
Jharkhand recientemente se ha convertido en el noveno estado de la India
que ha aprobado y puesto en vigor la medida “contra las conversiones
religiosas”, desde el momento en que su gobernador, Draupadi Murmu,
firmó el 5 pasado 5 de septiembre el proyecto de ley “Freedom of
Religion Bill” (que contrariamente se titula “Ley sobre la libertad de
religión”).
“La medida afecta a comunidades religiosas no hindúes como cristianos,
musulmanes, sijs y otras comunidades locales. Es nuestro deber denunciar
una injusticia que viola la libertad de conciencia y religión y es
contraria a la Constitución. Por ello, este sábado, 23 de septiembre nos
reuniremos en una reunión pública en Ranchi, como miembros de varias
comunidades religiosas, incluidos los hindúes, para manifestar
pacíficamente nuestra oposición a tal medida”, informa el jesuita.
“El gobierno de Jharkhand está en manos del Baratya Janata Party, el
partido nacionalista hindú que gobierna en el ejecutivo nacional, con el
Primer ministro Narendra Modi. Los grupos extremistas hindúes en el
estado de Jharkhand son fuertes y encuentran un amplio espacio en la
sociedad. En los últimos días en Ranchi se han producido manifestaciones
anti-cristianas y algunos militantes violentos han creado agitación en
la ciudad. Algunos cristianos están en prisión acusados falsamente de
haber promovido conversiones”, comenta el p. Kerketta.
El jesuita recuerda y apoya la carta abierta escrita en los últimos días
por el Obispo Theodore Mascarenhas, Secretario General de la
Conferencia Episcopal de la India (Cbci) al Primer Ministro indio
Narendra Modi, en la que se señala la campaña de odio y hostilidad hacia
las minorías religiosas, promovida por el Ministro de Jharkhand,
Raghubar Das, y su ejecutivo.
“Si no se controla inmediatamente, podría conducir al Estado y a su
población por un camino de violencia y odio”, advierte el Obispo. La
carta recuerda que “la Iglesia Católica se opone firmemente a las
conversiones forzadas. Pero al mismo tiempo afirma su derecho a
predicar, practicar y difundir la fe”. Los cristianos, aunque víctimas
de la violencia, señala la carta, “no responderán con violencia” sino
que seguirán trabajando en favor de los pobres y marginados a través de
la “educación, la atención médica y otras actividades sociales”.
“En Ranchi ahora no hay violencia social o religiosa, pero el clima
social sigue tenso y como comunidad minoritaria nos preocupan las
posibles agresiones de los grupos hindúes radicales”, concluye el padre
Kerketta
Desde el año 2000, la legislación anti-conversión ha sido adoptada por
seis estados indios: en Chhattisgarh en 2000; en Tamil Nadu en 2002
(luego derogado en 2004); en Gujarat en 2003; y en Rajasthan en 2006 (no
firmada por el gobernador, por lo tanto no en vigor); en Himachal
Pradesh en 2007, y ahora en Jharkhand en 2017. En el pasado, las
primeras medidas de esta ley fueron adoptadas en Odisha (o Orissa) en
1967, Madhya Pradesh en 1968 y en Arunachal Pradesh en 1978 (pero aquí
no se llego a la aplicación). Por tanto en la actualidad, la ley
anti-conversión está en vigor y se aplica en seis estados de nueve (uno
la ha derogado, en dos no es ejecutiva). En Gujarat, se requiere un
permiso escrito antes de que un individuo pueda convertirse a una nueva
fe religiosa, mientras que en otros casos se requiere una “notificación”
a las autoridades civiles o al poder judicial.