Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 20/09/2017) - 34 refugiados burundeses fueron asesinados
por las fuerzas de seguridad el 16 de septiembre en el campo de
refugiados cerca de la aldea de Kamanyola, en la llanura de Ruzizi, en
Kivu del Sur, al este de la República Democrática del Congo.
Según la información enviada por fuentes de la Iglesia local a la
Agencia Fides, lo que desencadenó la tragedia fue la detención de cuatro
burundeses en la noche del 13 de septiembre, acusados de patrullar el
recinto de su campo armados, sin el permiso de las autoridades locales.
Los cuatro hombres fueron detenidos por la Dirección de Inmigración de
Kamanyola y luego entregados a la sede de los servicios de seguridad
locales, la Agencia Nacional de Inteligencia (ANR).
Los refugiados explicaron que estaban haciendo rondas nocturnas porque
habían sido informados de un probable asalto a su campamento por
miembros de la milicia pro-gubernamental burundesa, Imbonerakure.
En la noche del 15 de septiembre, los refugiados burundeses organizaron
una manifestación masiva para pedir la liberación de los cuatro reclusos
frente a la sede de la ANR. En las primeras horas del día 16, la
situación degeneró y las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra la
multitud, matando a 34 burundeses e hiriendo a otros cien. Según las
autoridades hay un muerto y algunos heridos entre las fuerzas de
seguridad, dejando entender que había gente armada entre los
refugiados.Según una nota enviada a la Agencia Fides, “es difícil
confirmar que los refugiados poseen armas, porque los agentes de
seguridad al parecer nunca han capturado a refugiados armados de
Burundi. Por el contrario, cabe señalar que la población alude a
burundeses (en armas) que actuan en la llanura de Ruzizi, que provienen
directamente de Burundi y que no se trata de los refugiados de
Kamanyola”.
Las fuentes de Fides señalan que hay desconfianza entre la población
hacia los refugiados burundeses, mientras que las autoridades locales no
han emprendido esfuerzos para integrarlos en la sociedad local.
Más de 410.000 burundeses se vieron obligados a encontrar refugio en la
República Democrática del Congo y Tanzania
debido a la violencia causada por la crisis que estalló en 2015 tras el
tercer mandato otorgado al presidente Pierre Nkurunziza, en violación de
la Constitución y de los Acuerdos de Paz de Arusha. Desde entonces,
Burundi vive en un estado de constante tensión entre la violencia
cometida por la milicia pro-gubernamental y la de algunos grupos
guerrilleros que se oponen al Presidente.