Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 20/09/2017) – “Mi secuestro ha sido la voluntad de Dios. Una
prueba que Él ha querido ponerme. Confío en Él. Mi futuro sólo lo veo en
Marawi: cristianos y musulmanes somos hermanos y creemos en el único
Dios”: ha dicho el p. Teresito Soganub (llamado "Chito"), el sacerdote
secuestrado el 23 de mayo y liberado después de 117 días de prisión por
parte de terroristas del grupo Maute, vinculados al Estado Islámico, que
tienen bajo ocupación la ciudad de Marawi, en la isla de MIndanao. En
la ciudad, el ejército filipino está realizando sus últimos esfuerzos
para derrotar a los yihadistas que todavía están atrincherados en el
centro con un grupo de más de 40 rehenes.
El p. Chito, al llegar a Manila, ha explicado como ha sido el tiempo de
su secuestro, señalando que no quería huir, “para poder compartir el
destino de los secuestrados hasta el final”. El sacerdote ha dado las
gracias al ejército por sus profundos esfuerzos y “a todos los que han
orado por nosotros y por nuestra salvación”. El p. Teresito también ha
dicho que sólo ve su futuro en Marawi, para continuar en el trabajo de
diálogo y construcción de la paz: “Los cristianos y los musulmanes
creemos en un solo Dios, queremos vivir en paz”, ha explicado.
El obispo de Marawi, Edwin De La Pena, contactado por la Agencia Fides,
informa que “el p. Chito tendrá un período de descanso y recuperación
antes de reanudar el ministerio sacerdotal y regresar a la Prelatura
Apostólica de Marawi. “La liberación del p. Chito nos da esperanza para
la liberación de otros rehenes, entre los que están otros fieles
católicos”, recuerda. “Esperamos que la guerra termine pronto - continúa
- y que los residentes de Marawi puedan regresar a sus casas,
reconstruir sus vidas y su ciudad”.
Es por eso que el Obispo invita a las comunidades católicas de todo el
país a “adoptar una comunidad afectada” por la crisis de Marawi, para
ayudar a las comunidades locales en el camino a largo plazo hacia la
recuperación. “El esfuerzo común de toda la Iglesia filipina transmitirá
un mensaje de esperanza a todas las comunidades afectadas”, señala De
La Peña.
El proyecto “Adopta una comunidad” es una iniciativa de la Prelatura
apostólica de Marawi, en colaboración con Caritas Filipinas y los
misioneros redentoristas. Las diócesis y parroquias adoptarán una
comunidad de Marawi, ayudando a todas las personas desplazadas y
proporcionando todos los recursos necesarios para poder regresar a las
actividades sociales normales, como antes de la crisis.
El obispo informa que también se hará un llamamiento especial para
reconstruir la Catedral de Marawi, muy dañada por los yihadistas. La
Prelatura Apostólica según ah referido a la Agencia Fides presentará un
proyecto para solicitar una contribución extraordinaria también a las
Obras Misionales Pontificias.