Tokio, JAPÓN (Agencia Fides, 28/09/2017) – “Una pregunta permanece indeleble en nuestras
mentes y en nuestros corazones. Una pregunta que nos ha dejado de forma
provocativa el Cardenal Fernando Filoni durante su visita pastoral: ¿Se
necesita el Evangelio en Japón? ¿Dónde y cómo evangelizar? Este es el
reto que deja a nuestra Iglesia, especialmente a nosotros los obispos”,
ha declarado a la Agencia Fides Mons. Isao Kikuchi, misionero Verbita,
que dirige la diócesis de Niigata y es presidente de Cáritas Japón,
recordando los días de la visita pastoral que acaba de concluir en Japón
el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos
(17-26 de septiembre).
El Obispo recuerda: “El Cardenal ha encontrado muchos fieles,
sacerdotes, seminaristas, religiosos, obispos. Su presencia y sus
palabras son un estímulo real y concreto para todos nosotros. Nos piden
sembrar y dar testimonio del Evangelio en nuestra sociedad de hoy”.
Mons. Kikuchi recuerda un momento particularmente significativo de la
visita, vinculada a la actualidad: “El Cardenal ha visitado Hiroshima y
también la parte de la ciudad que aún hoy, 60 años después del desastre,
está vacía porque desde aquel momento esta muy contaminada. El cardenal
Filoni ha recordado la importancia del bien supremo de la paz, por lo
que necesitamos orar y actuar. Hoy debemos evitar a toda costa un nuevo
conflicto nuclear en Asia oriental”, señala.
El tema central que ha atravesado cada momento de la visita ha sido el
de la evangelización: “Nos toca a nosotros - recuerda el Obispo -
anunciar y testimoniar la alegría del Evangelio al hombre de hoy. La
gracia de Cristo nos sostiene y nos guía en este camino. Hablaremos de
ello en una próxima reunión en octubre, el mes del misionero en Tokio,
en la Comisión para la Nueva Evangelización, en la Conferencia
Episcopal. Estarán presentes delegados de cada diócesis y representantes
laicos.
Como Obispos, en representación de toda la comunidad católica en Japón,
sentimos un fuerte impulso a poner el tema de la misión de nuevo en el
centro de nuestra labor pastoral. El amor de Cristo nos conduce hacia la
humanidad herida de nuestro tiempo. El pequeño rebaño de católicos
japoneses, escuchando la voluntad de Dios, está dispuesto a ofrecer al
país su humilde testimonio evangélico”.