lunes, 25 de septiembre de 2017

Las palabras del Papa FRANCISCO en el Ángelus

CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.mx - 24 de septiembre de 2017).- A las 12:00 horas de este domingo, el Papa FRANCISCO desde la ventana de su estudio en e Palacio Apostólico Vaticano ha rezado el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.


PAPA FRANCISCO


ÁNGELUS


Plaza de San Pedro
Domingo 24 de septiembre de 2017


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


En la página evangélica de hoy (cfr Mt 20,1-16) encontramos la parábola de los trabajadores llamados para la jornada, que Jesús cuenta para comunicar dos aspectos del Reino de Dios: el primero, que Dios quiere llamar a todos a trabajar para su Reino; el segundo, que al final quiere dar a todos la misma recompensa, es decir la salvación, la vida eterna.


El patrón de una viña, que representa a Dios, sale al alba y contrata a un grupo de trabajadores, concordando con ellos el salario de un denario por la jornada: era un salario justo. Posteriormente sale también en las horas sucesivas – cinco veces, en aquel día, fuera  hasta el atardecer, para asumir a otros obreros que ve desocupados. Al término de la jornada, el patrón ordena que sea dado un denario a todos, también a los que han trabajado pocas horas. Naturalmente, los trabajadores contratados primero se lamentan, porque ven que so pagado del mismo modo que aquellos que han laborado menos. El patrón, sin embargo, les recuerda que han recibido lo que se había pactado; si después, Él quiere ser generoso con otros, ellos no tienen que ser envidiosos.


En realidad, esta “injusticia” del patrón sirve a provocar, en el que escucha la parábola, un salto de nivel, porque aquí ¡Jesús no quiere hablar del problema del trabajo y de salario justo, sino del Reino de Dios! Y el mensaje es éste: en el Reino de Dios no hay desocupados, todos están llamados a hacer su parte; y para todos, al final, habrá la recompensa que viene de la justicia divina – ¡no humana, para nuestra fortuna! -, es decir, la salvación que Jesucristo nos ha comprado con su muerte y resurrección. Una salvación que no es merecida, sino donada – la salvación es gratuita por lo que «los últimos serán los primeros y los primeros, los últimos» (Mt 20,16).


Con esta parábola, Jesús quiere abrir nuestros corazones a la lógica del amor del Padre, que es gratuito y generoso. Se trata de dejarse asombrar y fascinar por los «pensamientos» y por los «caminos» de Dios, que como recuerda el profeta Isaías, no son nuestros pensamientos y no son nuestros caminos (cfr Is 55,8). Los pensamientos humanos a menudo están marcados por egoísmos y conveniencias personales y nuestros estrechos y tortuosos senderos no son comparables a los amplios y rectos caminos del Señor. Él usa misericordia – no olviden esto: Él usa misericordia – perdona ampliamente, está lleno de generosidad y de bondad que derrama sobre cada uno de nosotros, abre a todos los territorios sin límites de su amor y de su gracia, que solo pueden dar al corazón humano la plenitud de la alegría.


Jesús quiere hacernos contemplar la mirada de aquel patrón: la mirada con la cual ve a cada uno de los obreros en espera de trabajo, y los llama para que vayan a su viña. Es una mirada llena de atención, de benevolencia; es una mirada que llama, que invita a levantarse, a ponernos en camino, porque quiere la vida para cada uno de nosotros, quiere una vida plena, comprometida, salvada del vacío y de la inercia. Dios que no excluye a nadie y quiere que cada uno alcance su plenitud. Éste es el amor de nuestro Dios, de nuestro Dios que es Padre.


Que María Santísima nos ayude a acoger en nuestra vida la lógica del amor, que nos libera de la presunción de merecer la recompensa de Dios y del juicio negativo sobre los otros.


Después del Ángelus


Queridos hermanos y hermanas,


Ayer, en Oklahoma City (Estados Unidos de América), fue proclamado Beato Stanley Francis Rother, sacerdote misionero, muerto por odio a la fe por su trabajo de evangelización y promoción humana en favor de los más pobres en Guatemala. Que su ejempio heróico nos ayude a ser valientes testimonios del Evangelio, comprometiéndonos en favoer de la dignidad del hombre.


Saludo con afecto a atodos vosotros, romanos y peregrinos provemienes de diversos Países. En particular saludo al coro de la Misión Católica italiana de Berna, la comunidad romana de Comunión y Liberación, a los fieles de Villadossola, Offanengo y Nola.


A todos deseo un buen domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y adiós!


(Traducción del original italiano: http://catolicidad.blogspot.mx)


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