Fukuoka, JAPÓN (Agencia Fides, 18/09/2017) - La proclamación del Evangelio “es un acto de
gran caridad para los hermanos que esperan una luz”. Porque promete a
todos experimentar el “don extraordinario y generoso de la gracia
redentora y de la misericordia”, que entró en el mundo desde que Jesús
nos reveló que Dios “es un Padre generoso, de hecho, inmensamente
generoso en el otorgar su gracia gratuitamente”. Este misterio de
gratuidad es una “novedad gozosa” que no cae bajo los golpes de las
objeciones culturales o religiosas. Y es también la fuente de toda
verdadera vocación sacerdotal, dando a los sacerdotes del mañana la
fuerza para perseverar en un mundo marcado por una “cultura de lo
provisional”. Estos son los puntos que el Cardenal Fernando Filoni ha
propuesto a los seminaristas japoneses del seminario de Fukuoka, en el
encuentro que ha tenido con ellos el lunes 18 de septiembre. El
encuentro con los seminaristas ha sido un momento importante del
programa de
visitas que el Cardenal Prefecto de la Congregación para la
Evangelización de los Pueblos está realizando en Japón.
En su intervención, el cardenal ha recordado las objeciones al anuncio
del Evangelio vividas en Japón: “Incluso en la famosa novela histórica
el Silencio de Endo Shusaku, que ahora también es una película
conocida”, ha recordado el cardenal Filoni, “está escrito que los
gobernantes de la época preguntaban siempre a los misioneros la misma
pregunta: ¿Por qué nos traéis una religión extranjera y nos pedís que
creamos en vuestro Dios? Nosotros también tenemos una cultura y una
religión que son muy nobles y dignas. ¿Qué tiene el cristianismo que no
está ya contenido en la cultura del confucianismo o en la tradición
sintoísta-taoísta-budista?”.
El corazón de la novedad cristiana – ha comentado el prefecto de la
Propaganda Fide a los seminaristas japoneses - es el anuncio de una
salvación donada gratuitamente por Dios a través del misterio de la
encarnación, muerte y resurrección de Cristo: “toda la humanidad,
incluido el pueblo japonés – ha subrayado el cardenal Filoni - necesita
este don extraordinario y generoso de gracia y misericordia redentora.
En otras palabras, todo el mundo necesita esa salvación que la ley del
karma no puede dar, pero que está sólo en ese Dios que Jesucristo nos ha
revelado”.
A los futuros sacerdotes japoneses, el cardenal les ha recordado la gran
misión de ser colaboradores de Dios en anunciar esta alegre novedad a
su pueblo. Una tarea que debemos abrazar, no sólo basándonos en
estrategias humanas, sino confiando en la misma Gracia que ha hecho
florecer en vosotros la vocación al sacerdocio: “Es verdad - ha
reconocido el Cardenal Filoni - que los sacerdotes, religiosos y
vosotros como seminaristas en Japón sois pocos en número. Pero la fuerza
de la sal y de la luz no proviene de la cantidad, sino de la
autenticidad. Los Apóstoles eran sólo una docena, pero gracias al celo y
al poder de la gracia de Cristo llevaron el mensaje de Cristo a todas
partes”.