Nagasaki, JAPÓN (Agencia Fides, 19/09/2017) – En Japón es necesario “reanudar la missio
para los no cristianos”. Se necesitan sacerdotes, religiosos, religiosas
y laicos “que pongan a la vista de los no cristianos la identidad de
Jesús a través de sus vidas, acercándolos a todos con paciencia y
amistad” y que siempre experimenten con gratitud que en semejante
trabajo apostólico “el trabajo esencial los realiza la gracia, es decir,
Dios mismo”.
Con estas palabras el Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la
Congregación para la Evangelización de los pueblos, ha trazado las
cuestiones urgentes de la misión a la que está llamada la Iglesia en el
archipiélago japonés, en esta fase de la vida del país. Lo ha dicho en
el discurso realizado este martes 19 de septiembre a los sacerdotes,
religiosos, religiosas, fieles consagrados y laicos de la Arquidiócesis
de Nagasaki, con los que se ha reunido el tercer día de su visita en
tierras japonesas.
En su intervención, el Cardenal Filoni, citando San Pablo, ha comenzado
recordando que la identidad “sui generis” de los cristianos consiste en
verse “revestidos de Cristo” mediante el bautismo, y parece incomparable
respecto a las identidades que proceden de las pertenencias sociales,
étnicas o de otro tipo. En Japón, como testimonian las persecuciones del
pasado, “vivir esta identidad de gracia en pocos años se convirtió en
un desafío difícil de vivir, porque esto no siempre estaba en sintonía
con una cultura que enfatizaba el concepto del «uniformismo armónico»”.
Otras reacciones semejantes – ha señalado el prefecto de Propaganda Fide
- también se dieron “en Jerusalén, así como en Roma y Grecia en tiempos
de los Apóstoles, y no sólo en los primeros siglos de la Iglesia”
porque “la fe en Cristo siempre ha sido considerada en toda sociedad
tradicional como una «revolución»”. Pero el trabajo apostólico nunca ha
sido detenido o intimi
dado por
las oposiciones de aquellos que perciben el cristianismo como “un
elemento ajeno que amenaza la armonía de la sociedad”. La misioneriedad -
ha observado el cardenal - “es una pasión, es como un amor abrumador.
No puedes controlarlo, toma y marca la vida entera. No hay racionalidad
que pueda enfriar o matar el ardor”.
El verdadero dinamismo apostólico, – ha sugerido el Cardenal Filoni en
su discurso -, abraza y valora siempre las características positivas de
toda cultura y de toda tradición humana: “me refiero”, ha añadido el
cardenal, refiriéndose a la situación local “en la seriedad del
compromiso cuando un japonés asume una tarea, en el orgullo de
pertenencia como identidad, en el amor por la naturaleza y en su
respeto, en la nobleza de algunos de los valores morales tradicionales”.
Pero esta actitud de simpatía y aprecio por los tesoros de la sabiduría
de los pueblos individuales no agota en sí misma la amplitud y riqueza
de la aventura misionera a la que están llamados todos los cristianos.
Incluso en Japón – ha observado el Prefecto del Dicasterio Misionero -,
es necesario “retomar la missio para los no cristianos”, que tiene como
paradigma “la peregrinación de Jesús, iniciada en Galilea, que continuó
en las regiones de Tiro, Sidón y Decapoli, tierras paganas, y concluyó
en Judea”.
En esta esperanzadora reanudación misionera en el archipiélago japonés –
ha añadido el cardenal Filoni - “las dificultades presentes no
desaparecerán mágicamente en un futuro próximo, dada la aceleración de
la secularización de la sociedad. Sin embargo, no hay que resignarse
ante la inmensidad de los problemas. Porque la obra esencial es
realizada por la gracia, es decir por Dios. Y Dios ama a los japoneses y
conoce los problemas y la angustia de este pueblo”.