Lomé, TOGO (Agencia Fides, 18/09/2017) - “Las reformas constitucionales son de particular
importancia ya que sin ellas es imposible restablecer la paz y la
cohesión social en nuestro país”, escriben los obispos de Togo en la
carta pastoral sobre la situación del país, sacudido por fuertes
protestas populares para pedir una limitación del número de mandatos
presidenciales, con el fin de permitir la alternancia para el cargo de
presidente del Estado, dirigido desde el 2005 por Faure Gnassingbé
Eyadéma, hijo del general Gnassingbé Eyadéma, que reinó durante 38 años
hasta su muerte.
“La Conferencia Episcopal de Togo - continúa el documento recibido por
la Agencia Fides - expresa su inquietud por la represión de las
manifestaciones así como por la incitación al odio étnico que se está
propagando a través de las redes sociales”.
Los Obispos condenan la violencia cometida por las fuerzas de seguridad
“contra las poblaciones de algunas localidades, tras las manifestaciones
de los días 6 y 7 de septiembre, y el uso excesivo de la fuerza contra
sus conciudadanos, en algunos casos incluso dentro de sus hogares”.
La carta pastoral también pide al ejército que permanezca neutral
“evitando cualquier intrusión en el debate político, como pide la
Constitución”.
Después de instar a políticos, líderes de la mayoría y de la oposición, y
a la ciudadanía a no ceder a los llamamientos que incitan a la
violencia, los obispos terminan pidiendo a todos que oren por la paz.
Comentando la carta pastoral, Su Exc. Mons. Nicodème Anani
Barrigah-Benissan, obispo de Atakpamé, que ha sido Presidente de la
Comisión Verdad, Justicia y Reconciliación, ha recordado que la Comisión
que él presidia en febrero de 2012 había entregado al Presidente
Gnassingbé un informe con 68 recomendaciones “para consolidar la
democracia y pacificar el clima social”, peor no han sido puestas en
práctica.
“Nosotros, los Obispos, pensamos que es necesario realizar un debate
sobre las reformas en conformidad con la Constitución de 1992, para
resolver la situación y poder avanzar”, concluyen.
La Constitución de 1992 fue aprobada tras una ola de protestas que
obligaron a Gnassingbé Eyadema, padre del actual presidente, a lanzar
una temporada de democracia multipartidista y limitar el número máximo
de mandatos presidenciales a dos. Diez años más tarde, el Parlamento
levantó el límite del mandato para permitir que Faure Gnassingbé Eyadéma
volviese a presentarse después de que ya hubiera superado los dos
mandatos.