Yakarta, INDONESIA (Agencia Fides, 12/12/2017) – “En este momento estamos preocupados. Nuestra
unidad como nación indonesia podría romperse. La inquietud y la
preocupación se hacen cada vez más presentes en los últimos años. Hay
quienes, vagamente o sin vergüenza, se sienten tentados a seguir
diferentes formas y modos de los citados en la Carta base de nuestra
nación, la Pancasila. Hemos visto en muchos actos y eventos: en una
competencia política malsana que justifica cualquier medio; en el
fanatismo que explota la religión sin escrúpulos y de muchas otras
maneras.
Bajo tales condiciones, el deseo de nuestra nación de crear
convivencia y paz se hace difícil de lograr”: es un pasaje del
llamamiento conjunto lanzado por la Conferencia Episcopal Católica de
Indonesia y por la Comunión de Iglesias en Indonesia, que reúne a los
obispos protestantes. El habitual mensaje conjunto, con motivo de la
Navidad firmado por los obispos católicos y protestantes, enviado a la
Agencia Fides,
se titula: “Dejad que la paz de Cristo reine en los corazones” (Cfr Col.
3: 15a). El Arzobispo Ignatius Suharyo de Yakarta y el obispo Antonius
Subianto Bunjamin de Bandung, respectivamente Presidente y secretario
general de la Conferencia episcopal católica firman el texto, junto con
Henriette T.H. Lebang y Gomar Gultom, respectivamente Presidente y
Secretario general del Consejo de los obispos protestantes.
Los líderes cristianos muestran su aprensión: los altos ideales de la
nación indonesia, tal como se expresa en el preámbulo de la Constitución
de 1945 – se dice en el texto - destinados a “crear unidad, justicia
social y paz, no solo entre nosotros, sino también en todo el mundo,
todavía necesitan nuestra lucha común. Todavía necesitamos organizar y
ajustar constantemente el sistema y el mecanismo de la democracia, para
realizar concretamente nuestros ideales comunes. Y no es fácil”, se
agrega en el mensaje.
Los fieles cristianos indonesios, una parte integral de la nación “son
solo un pequeño rebaño”: “No podemos resolver todos los problemas a los
que nos enfrentamos confiando solo en nuestras fuerzas. Es hora de que
dejemos que la paz de Cristo reine en nuestros corazones. La paz de
Cristo, que reina en nuestros corazones, es una fuerza que une y derriba
el muro de la división (Efesios 2:14). Solo con la paz de Cristo en
nuestro corazón podremos abrirnos, acoger y dar la bienvenida a nuestros
conciudadanos y mantenernos unidos, avanzando juntos hacia un futuro
más luminoso”.
El mensaje insta a los cristianos a contribuir “con la unidad, la
hermandad, la verdad, la justicia y la paz, minimizando la brecha entre
ricos y pobres”, ayudando a erradicar la corrupción derribando las
barreras creadas en nombre de la etnia o la religión. “Es un mandato
evangélico que estamos llamados a cumplir en nuestra tierra indonesia”,
dice el texto.
El último pasaje remarca “la armonía y hermandad entre los cristianos”,
elogiando el trabajo de la Comisión Luterana y Católica por los 500 años
de la Reforma, y espera que la celebración de la Navidad sea una
oportunidad para desarrollar la capacidad de acoger las diferencias,