Managua, NICARAGUA (Agencia Fides, 12/12/2017) – “Existe la parálisis del miedo. Hay personas
que están paralizadas por el miedo, incapaces de alzar la voz o de
manifestar su indignación ante la injusticia y los abusos de las
autoridades civiles y militares, privándose de ejercer sus derechos”, ha
dicho Mons. Silvio José Báez ayer lunes durante la homilía al celebrar
una misa por la paz y los derechos humanos de la nación.
El obispo auxiliar de Managua, criticó a los grupos de poder del país
por producir una parálisis social y miedo en la sociedad, pero a la vez
llamó la atención a la sociedad por mantenerse pasiva ante los
atropellos de las autoridades civiles y militares. Los abusos y
atropellos del poder logran imponer ideologías dominantes, agregó.
“Hoy vivimos lamentablemente en una sociedad interesada en producir
paralíticos. Hay personas y grupos de poder comprometidos en mantener a
las personas con parálisis mental, en donde la ideología dominante trata
de evitar a toda costa que las personas piensen con libertad, se
eduquen con excelencia, se informen con objetividad y disciernan con
profundidad moral”, criticó duramente el obispo católico.
“Nos vamos acostumbrando a la horrenda y vergonzosa violencia física y
moral contra las mujeres y los niños, los homicidios inexplicables, las
detenciones arbitrarias, el espionaje y las amenazas, los procesos
judiciales irregulares, la impunidad, el autoritarismo, la corrupción,
la falta de acceso a la información pública, la frágil institucionalidad
del país. Todo esto produce parálisis social. Cuando se atropellan los
derechos fundamentales del hombre, la sociedad se va volviendo
paralítica”, dijo Mons. Báez en su homilía en la parroquia San Francisco
de Asís, en Managua.
El obispo auxiliar propuso hacia el final una salida a esta situación
que vive el país, dijo que hay dos caminos: cargar sobre nuestros
hombros a “esta sociedad paralítica o levantar nuestra voz para clamar
justicia y para denunciar las raíces de tantos males”. La solución a la
crisis política que vive el país no es la violencia pero recordó que “no
hay soluciones simples a problemas complejos”.
Nicaragua atraviesa un momento difícil porque ante la crisis política,
muchas personas no pueden reaccionar. La "parálisis del miedo" descrita
por el Obispo Báez pinta muy bien lo que vive la población. Además de
las relaciones presentadas de organizaciones internacionales como
Amnistía Internacional, en los últimos 4 años han aumentado las
situaciones donde las autoridades no pueden pronunciarse con hechos
sobre la defensa de los derechos humanos. El gobierno se proclama
cristiano y solidario, pero a menudo viola todos los derechos humanos.
El Día de los Derechos Humanos, el domingo 10 de diciembre, se celebró
en Nicaragua cuando se acababa de verificar la horrenda masacre del 12
de noviembre en La Cruz de Río Grande, en el que
seis personas, incluidos dos menores, fueron masacrados por miembros del
ejército. Un caso extremo, brutal, cruel, inaudito y escandaloso de
violación de los derechos humanos. "Hay dos aspectos serios: primero el
crimen, que clama al cielo, y luego el silencio, no solo del ejército,
sino también de otras instituciones estatales que deberían ser las
primeras en poder esclarecer el crimen. Esto genera preocupación en el
país, porque significa que vivimos inseguros", dijo el vicario de
Managua Mons. Fonseca.