Cox's Bazar, BANGLADESH (Agencia Fides, 01/12/2017) – “Será muy difícil, si no imposible, el
retorno de los refugiados rohingya desde Bangladesh al estado de
Rakhine, en Myanmar. Hay demasiados intereses económicos en aquel
territorio, tanto de India como de China. Parece que la economía y el
dinero cuentan más que los seres humanos”. Así lo asegura a la Agencia
Fides Alberto Quattrucci, de la Comunidad de Sant'Egidio, que se
encuentra en Bangladesh para poner en marcha una intervención
humanitaria a favor de los rohingyas. Para ello se ha desplazado hasta
Cox's Bazar, una localidad fronteriza donde hay más de 600.000
refugiados de Myanmar.
“Las condiciones actuales son realmente dramáticas (falta de agua,
alimentos, medicinas, ropa y mantas), -revela Quattrucci-, y aquí es,
sin duda, donde hay que intervenir en primer lugar. Después está la
incertidumbre sobre su futuro. La acogida en Bangladés, si bien ha sido
positiva, parece que será temporal por lo que creo que es importante
apoyarla y reforzarla”, asegura y añade, sobre la integración, que sería
posible “teniendo en cuenta que comparten el mismo idioma”.
“Tengo la impresión de que lo que sucede con los rohingya puede ser para
el pobre y fragmentado Bangladesh una oportunidad de desarrollo general
para el país a nivel de estructuras locales. De hecho, se ha de
considerar la gran ayuda económica internacional que está llegando del
exterior”, apunta.
La emergencia humanitaria continua. “Por el momento parece necesario
concentrarse en la ayuda de primera necesidad pero también es importante
mirar al futuro, en concreto, el de los más de 300.000 niños que
sobreviven en los campos de refugiados de la zona de Cox's Bazar. Sería
importante pensar en un proyecto educativo, centros alimentarios y
escuelas para la paz. Hace falta que se impliquen la Unión Europa y
UNICEF”.
Sobre la situación de los rohingyas habló el presidente bangladesí,
Abdul Hamid, durante su encuentro con el Papa Francisco en su segundo
día de visita en el país: “Nuestro gobierno ha dado refugio a un millón
de rohingyas que fueron obligados a dejar su antigua patria en el estado
de Rakhine, en Myanmar. Miles de ellos, incluidas mujeres y niños, han
sido brutalmente asesinados y las mujeres violadas”, y recordó el
llamamiento del Papa “para socorrerlos y asegurar sus plenos derechos.
Es necesario que la comunidad internacional actúe rápidamente”.
El Papa ha agradecido a Bangladesh “el espíritu de generosidad y
solidaridad que caracteriza su sociedad” y que “se ha manifestado muy
claramente en su impulso humanitario a favor de los refugiados”.
“Ninguno de nosotros puede dejar de ser consciente del inmenso coste en
términos de sufrimiento humano y condiciones precarias de vida de tantos
de nuestros hermanos y hermanas, la mayoría de los cuales son mujeres y
niños, hacinados en los campos de refugiados. Es necesario que la
Comunidad Internacional active medidas eficaces de cara a esta grave
crisis, no solo trabajando para resolver las cuestiones políticas que
han conducido a la huida masiva de personas, sino ofreciendo también
inmediata asistencia material a Bangladés en su esfuerzo por responder
activamente a las emergencias humanas”.
Además, la Iglesia local ha anunciado que esta noche, 1 de diciembre, el
Papa, en el patio del arzobispado de Daca, se reunirá con 18 refugiados
rohingya, miembros de 3 familias que llegaron a Cox's Bazar, donde
muchas ONG están trabajando para brindarles asistencia humanitaria.