Harare, ZIMBABWE (Agencia Fides, 16/01/2018) “En Zimbabwe se está conteniendo la respiración.
Estamos tratando de entender lo que sucederá en las próximas semanas y
meses. Nadie se posiciona”. Así lo asegura un misionero a la Agencia
Fides, que por razones de seguridad, prefiere permanecer en el
anonimato. Describe de esta forma la situación en el país después del
terremoto que provocó la caída de Robert Mugabe y el ascenso al poder de
la su ex vicepresidente, Emmerson Mnangagwa. “De hecho, -continúa el
religioso-, no estamos viviendo ninguna transición. Como en el pasado,
el partido gobernante, el Zanu-Pf, sigue controlado por los servicios
secretos y las fuerzas armadas. ¿Cuáles son entonces las fuerzas que
apoyaron a Mnangagwa en su lucha interna para evitar que la esposa de
Mugabe, Grace, llegase al poder? Por lo tanto, nada ha cambiado”.
Emmerson Mnangagwa asumió el cargo el 26 de noviembre e inmediatamente
declaró que quería dar un impulso a la situación económica de Zimbabwe
que, después de las desastrosas políticas de Mugabe (en especial, la
reforma agraria), no consigue recuperarse. Actualmente, el 72% de la
población vive por debajo del umbral de la pobreza (menos de dos dólares
por día) y el PIB no crece.
“El cocodrilo (como se le llama a Mnangagwa) - indica el misionero -
tiene la intención de relanzar la economía. Hasta ahora no ha tomado
ninguna decisión importante y creo que no hará nada en el período previo
a las elecciones. ¿Cuándo iremos a las urnas? No lo sabemos. Se dice
que el nuevo presidente quiere convocar elecciones lo antes posible.
Todo con tal de no dar tiempo a las organizaciones internacionales para
organizar una misión de observación. Mnangagwa quiere una consagración
popular sin ningún control”.
Hasta ahora, el traspaso de poder entre Mugabe y Mnangagwa no ha
encontrado ningún obstáculo en el partido. Ninguna figura de importancia
se ha posicionado. “Es una cuestión de oportunidad, -apunta el
religioso-. Muchos peces gordos del partido no se han alineado porque
están pendientes del desarrollo de los acontecimientos. Será en los
próximos meses cuando sepamos cómo se posicionarán”.
¿Y la Iglesia Católica? “La Conferencia Episcopal de Zimbabwe -
concluye la fuente de Fides - junto con los líderes de otras
confesiones, ha pedido un gobierno de transición inclusivo. Por
desgracia, su voz no se ha escuchado. Sin embargo, es necesario subrayar
que Iglesia católica ha tenido un papel importante y, en concreto, la
Compañía de Jesús. Fue el padre Fidelis Mukonori quien convenció a
Mugabe de que abandonara el poder sin derramamiento de sangre. Mnangagwa
tenía la fuerza de su lado pero no quería usarla por miedo a las
represalias internacionales”.