Roma, ITALIA (Agencia Fides, 20/01/2018) - “En el sur de Camerún el porcentaje de católicos
es muy alto. Hay una gran cantidad de parroquias bien organizadas con
buenas instalaciones. He visto iglesias nuevas y otras en construcción.
El sur tiene un número de sacerdotes superior a sus necesidades,
mientras que en el norte son escasos", dice a Fides, el p. Fernando
Domingues, misionero comboniano, secretario general de la Obra
Pontificia de San Pedro Apóstol, que acaba de regresar de una serie de
encuentros con la Iglesia local en Camerún. El padre Domingues ha
concedido a la Agencia Fides la siguiente entrevista.
¿Cómo se puede gestionar un número tan elevado de vocaciones concentradas en una sola parte del país?
He sugerido que se establezcan Fidei Donum internos, para que las
diócesis con una gran cantidad de sacerdotes puedan ayudar a los del
norte. De hecho, en algunas diócesis del sur las parroquias están casi
saturadas de sacerdotes, tanto es así que un vicario general me dijo que
le es difícil encontrar un lugar para los nuevos sacerdotes, porque
además las parroquias pueden sostener económicamente a un sacerdote pero
no alcanzan si son dos o tres.
La Iglesia en Camerún también puede tomar el ejemplo de Baba Simon, al
siglo Simon Mpeke (Batombé 1906- Edéea 1975), un sacerdote del sur de
Camerún que a finales de los años 50 del siglo pasado había pedido ser
enviado a un área de evangelización en el norte de Camerún, en la
diócesis de Maroua-Mokolo. Baba Simon dio un magnífico testimonio del
compromiso misionero de la primera evangelización y de la vida junto a
la población local; iba descalzo, había elegido vestirse como la gente
pobre que evangelizaba. La diócesis de Maroua-Mokolo ha comenzado el
proceso de beatificación y los obispos de Camerún lo proponen como
modelo de un sacerdote diocesano lleno de un espíritu misionero vivido
de una manera casi heroica. La segunda indicación que me he permitido
ofrecer a la Iglesia de Camerún es que dada la abundancia de
seminaristas, los obispos junto con los formadores tienen la posibilidad
de elegir los mejores candidatos para el sacerdocio, ya que este último
no
es un derecho de la persona sino un servicio a la Iglesia. Una línea de
tendencia que ya está en acto. El problema es encontrar las modalidades
para un proceso de acompañamiento personal de cada seminarista
individual, para que haya un discernimiento que ayude a los candidatos a
entender si el Señor realmente los llama al sacerdocio o en cambio a
otra vocación.
En esta situación, ¿las congregaciones misioneras todavía están presentes en Camerún?
Sí, pero en el sur, se trata de presencias especializadas, sobre todo
son directores espirituales o maestros en los seminarios, mientras que
hay muy pocas parroquias administradas por los misioneros, dada la
abundancia de clérigos locales. Sin embargo en el norte, dada la escasez
de sacerdotes locales, todavía hay espacios para actividades misioneras
de primera evangelización y asistencia a las parroquias. En cuanto a
las actividades misioneras de los sacerdotes cameruneses, no hay un
movimiento organizado de Fidei Donum para ser enviado al extranjero,
pero si que existen muchas iniciativas de carácter individual para
enviar sacerdotes locales a otros países fuera de Camerún. Todavía hay
una fuerte presencia de congregaciones misioneras que tienen varios
candidatos locales que constituyen una fuerza misionera que opera tanto
en Camerún como en otros países. Es una realidad muy importante, tanto
que precisamente en Camerún se ha realizado un simposio africano sobre
la vida
religiosa en estos días en el que han participado el Cardenal João Braz
de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida
Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, seguido por la Asamblea
de los Superiores Mayores Masculinos y Femeninos.
Las regiones anglófonas del país han estado en crisis durante algún
tiempo e incluso han declarado una independencia simbólica. ¿Cómo vive
la Iglesia esta situación?
Por razones históricas, la gran mayoría de la Iglesia es francófona. Sin
embargo, hay dos áreas en el noroeste y sudoeste que son de habla
inglesa y que desde un punto de vista social han sentido durante mucho
tiempo la necesidad de autonomía que recientemente ha conducido a
tendencias independentistas. A nivel de Conferencia Episcopal se están
realizando esfuerzos para construir la comunión eclesial entre las dos
componentes lingüísticas. Por ejemplo, en el último Seminario anual de
los Obispos de Camerún en el que participé, quedó muy claro el
compromiso de garantizar que todos puedan entender todo, con varios
documentos escritos en francés e inglés. Donde fue necesario hubo
traducción simultánea directa. La Iglesia se esfuerza por ser un
elemento de unión nacional. Nuestro Director Nacional, que es hablante
nativo de inglés, me dijo que cuando está en presencia de francófonos,
siempre trata de hablar francés, y lo mismo tratan de hacer, los
hablantes
francófonos intentado hablar con él en inglés.