En Camboya, las autoridades han reportado 122 casos de coronavirus hasta la fecha, con 105 pacientes recuperados y dados de alta de los hospitales y ninguna muerte. Por lo tanto, el país se encuentra en un estado de salud menos grave que otros, incluso si el gobierno ha adoptado una serie de medidas de prevención y control destinadas a "prevenir las introducciones desde el exterior y la proliferación en el interior", se lee en una nota del Ministerio de salud.
Las medidas incluyen el fortalecimiento de los controles; el seguimiento y la gestión centralizada de las personas que ingresan al país y las que han tenido contacto cercano con personas infectadas; el establecimiento de nuevos hospitales especializados o de referencia para el tratamiento de pacientes con Covid-19, y la difusión de información sobre cómo protegerse del virus a través de los medios de comunicación.
Desde el 17 de marzo de 2020 se suspendieron las clases y las reuniones, incluidas las actividades religiosas que han sufrido graves restricciones: “En la prefectura de Kompong Cham, el ritmo normal que marca la vida de estas pequeñas comunidades se ha ralentizado - dice el padre Bruno-, no podemos reunirnos como lo haciamos antes, sin embargo, todavía existe la posibilidad de celebrar misa entre nosotros, sacerdotes, monjas, en grupos muy pequeños. Debido a la pandemia – continúa -, hemos pospuesto los bautizos y las primeras comuniones que normalmente celebramos en Pascua. Ahora, nadie sabe cuándo podrán nuestros catecúmenos celebrar el bautismo o acercarse a la mesa del Señor: en este momento invitamos a los fieles a orar y hacer suya la palabra de Dios".
El Padre Cosme destaca cómo en este período la Iglesia, gracias a la ayuda de los medios de comunicación y las redes sociales, ofrece a sus feligreses un espacio para el diálogo y una nueva forma de unirse en la oración: "En las redes sociales, la transmisión por ejemplo, todos los días a las 6 de la tarde realizamos la Santa Misa, recitamos una oración o leemos un pasaje del Evangelio", informa. "Es cierto que esta pandemia nos obliga a distanciarnos, observa el administrador apostólico, pero es igualmente cierto que esta puede ser una época de crecimiento en la fe y un regalo para la vida sacramental. Entonces quizás debamos reflexionar sobre el significado de la palabra deseo: el deseo, por ejemplo, de encontrarnos juntos, rezar en familia, confesar, participar en la Eucaristía. Después de estar lejos de todo esto, apreciaremos la cercanía aún más".
"Espero que esta experiencia nos enseñe a captar el signo de los tiempos con más atención - subraya el padre Cosme - y tener la certeza de que, aunque esté rodeado por la amenaza de la enfermedad, nada puede separarnos del amor que nos une a hombres y mujeres, y nos hace comunidad. En este sentido – concluye -, es necesario partir, no detenerse y observar la situación del mundo, de la sociedad, de la iglesia, en una nueva visión renovada".
La Prefectura Apostólica de Kompong Cham supervisa la comunidad católica en la parte oriental de Camboya. Su territorio está dividido en 27 parroquias y actualmente tiene 3.000 bautizados de unos 6 millones de habitantes, con un porcentaje igual al 0,1%.
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El vídeo de la entrevista al padre Bruno Cosme en el canal de Youtube de la Agencia Fides -> https://www.youtube.com/watch?