Filadelfia, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, 28 de septiembre de
2015 (VIS).- La última jornada del Viaje Apostólico del Papa FRANCISCO comenzó ayer
con su encuentro en el Seminario San Carlos Borromeo con cinco personas
-tres mujeres y dos hombres- víctimas de abusos sexuales por parte del
clero o de miembros de sus familias y educadores cuando eran menores de
edad. Los acompañaba el Cardenal Sean O'Malley, Arzobispo de Boston y
Presidente de la Comisión instituida por el Santo Padre para la defensa
de los menores, el arzobispo de Filadelfia Charles Chaput y el Obispo Auxiliar Michael Joseph Fitzgerald, responsable de la oficina de esa
diócesis para la defensa de los menores.
Durante
el encuentro, que duró una media hora, el Santo Padre escuchó a las víctimas
de abusos, habló con ellos como grupo y después con cada uno en
persona. Rezó con todos manifestándoles su participación en el
sufrimiento que padecían , así como su pena particular y la vergüenza
por las heridas que les habían causado los miembros del clero o los
colaboradores eclesiales.
''Gracias
por venir aquí hoy -dijo- Las palabras no pueden expresar plenamente mi
dolor por el abuso que han sufrido. Ustedes son preciosos hijos do
Dios, que siempre deberían esperar nuestra protección, nuestra atención y
nuestro amor. Estoy profundamente dolido porque su inocencia fue
violada por aquellos en quien confiaban. En algunos casos, la confianza
fue traicionada por miembros de su propia familia, en otros casos por
miembros de la Iglesia, sacerdotes que tienen una responsabilidad
sagrada para el cuidado de las almas. En todas las circunstancias, la
traición fue una terrible violación de la dignidad humana''.
''Para
aquellos que fueron abusados por un miembro del clero, lamento
profundamente las veces en que ustedes o sus familias denunciaron abusos
pero no fueron escuchados o creídos. Sepan que el Santo Padre les
escucha y les cree. Lamento profundamente que algunos obispos no
cumplieran con su responsabilidad de proteger a los menores. Es muy
inquietante saber que en algunos casos incluso los obispos eran ellos
mismos los abusadores. Me comprometo a seguir el camino de la verdad,
dondequiera que nos pueda llevar. El clero y los obispos tendrán que
rendir cuentas de sus acciones cuando abusen o no protejan a los
menores'
''Estamos
reunidos aquí en Filadelfia para celebrar el Don de Dios de la vida
familiar. Dentro de nuestra familia de fe y de nuestras familias
humanas, los pecados y crímenes de abuso sexual de menores ya no deben
mantenerse en secreto y con vergüenza. Esperando la llegada del Año
Jubilar de la Misericordia, su presencia aquí hoy, tan generosamente
ofrecida a pesar de la ira y del dolor que han experimentado, revela el
corazón misericordioso de Cristo. Sus historias de supervivencia, cada
una única y convincente, son señales potentes de la esperanza que nos
llega por la promesa de que el Señor estará con nosotros siempre''.
''Es
bueno saber que han traído con ustedes familiares y amigos a este
encuentro. Estoy muy agradecido por su apoyo compasivo y rezo para que
muchas personas de la Iglesia respondan a la llamada de acompañar a los
que han sufrido abusos. Que la puerta de la misericordia se abra por
completo en nuestras diócesis, nuestras parroquias, nuestros hogares y
nuestros corazones, para recibir a los que fueron abusados y buscar el
camino del perdón confiando en el Señor. Les prometemos apoyarles en su
proceso de sanación y en siempre estar vigilantes para proteger a los
menores de hoy y de mañana''.
"Cuando
los discípulos que caminaron con Jesús en el camino a Emaús
reconocieron que Él era el mismo Señor Resucitado -concluyó FRANCISCO-
le pidieron a Jesús que se quedara con ellos. Al igual que esos
discípulos, humildemente les pido a ustedes y a todos los sobrevivientes
de abusos que se queden con nosotros, con la Iglesia, y que juntos como
peregrinos en el camino de fe, podamos encontrar nuestro camino hacia
el Padre''.