Homs, SIRIA (Agencia Fides, 27/10/2015) - “Cuando estaba siendo deportado, con las manos
atadas y los ojos vendados, me sorprendí a mí mismo repitiéndome: camino
hacia la libertad. El cautiverio ha sido para mí como un nuevo
nacimiento”. Con estas palabras, el sacerdote y monaco sirio Jacques
Murad, Prior del Monasterio de Mar Elián, ha resumido la experiencia
espiritual en vivida en el tiempo que fue privado de la libertad por los
yihadistas del estado islámico. Un período de prueba que comenzó el 21
del pasado mes de mayo, cuando unos hombres armados secuestraron al
sacerdote en el monasterio a las afueras de Qaryatayn junto con un
ayudante, y que terminó el 11 de octubre, cuando el padre Jacques pudo
recuperar la plena libertad.
En el relato de su experiencia del cautiverio, a través de la emisora
cristiana Noursat TV - Tele Lumiere, el Padre Jacques explica entre
otras cosas que celebra la misa en un dormitorio subterráneo, donde
habían sido encarcelados previamente más de 250 cristianos de Qaryatayn
secuestrados también por los yihadistas, con los cuales se reunió el 11
de agosto. “Los cristianos - dice el padre Jacques - a menudo eran
interpelados sobre su fe y su doctrina cristiana, poro no se
convirtieron al Islam, a pesar de las presiones.
Permanecieron fieles al
rezo del rosario. Esta experiencia de prueba - dice el monje sirio - ha
fortalecido la fe de todos, e incluso mi fe como sacerdote. Es como si
hubiese nacido de nuevo”.
El padre Murad es parte de la comunidad monástica de Deir Mar Musa,
fundada por el jesuita romano Paolo Dall'Oglio, desaparecido en el norte
de Siria el 29 de julio de 2013, mientras estaba en Raqqa, un bastión
de los yihadistas del Estado Islámico.