Lima, PERÚ (Agencia Fides, 30/10/2015) – Las mujeres y niñas indígenas no solo padecen las
violaciones a los derechos humanos que suelen darse contra la población
originaria en general, sino que además padecen de otras vejaciones y
atrocidades. Así lo sostiene el informe anual de la relatora especial de
las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas,
Victoria Tauli-Corpuz, presentado recientemente ante el Consejo de
Derechos Humanos de la ONU, que actualmente está siendo difundido por
las comisiones nacionales de derechos humanos en los países los
latinoamericanos.
Un aspecto dramático que presenta dicho informe, a partir de la
información que recoge, es que una de cada tres mujeres indígenas ha
sido violada. En algunos casos los responsables son funcionarios
estatales o autoridades militares que buscaron "socavar la determinación
de las comunidades indígenas en las disputas militarizadas sobre
tierras y recursos”.
En otros, esto se da debido a que las mujeres y las niñas indígenas que
desempeñan trabajos domésticos en casas particulares se encuentran
expuestas a ser abusadas por sus empleadores.
El estudio también examina los asesinatos y crímenes ocurridos contra
las mujeres indígenas “como resultado de su marginación y opresión
social, cultural, económica y política, que conduce a la violencia”.
Las luchas de las comunidades indígenas para reclamar su derecho a la
libre determinación y los derechos de las mujeres en general, son
consideradas a menudo como algo externo a la lucha indígena y vinculadas
a “valores externos” o “valores occidentales” que dan prioridad a los
derechos individuales sobre los derechos comunes.