Ahmedabad, INDIA (Agencia Fides, 23/10/2015) – “El linchamiento del 28 de septiembre de
2015, cuando el musulmán Muhammad Akhlaq fue asesinado por la multitud,
debido a los rumores que circulaban sobre que había comido carne de res,
no debe ser considerado como un acto espontáneo de violencia aislada,
sino un acto de barbarie planificada por personas que saben cómo
disfrutar de la impunidad”: es la opinión expresada a la Agencia Fides
por el P. Cedric Prakash sj, que destaca el aumento de la intolerancia
en la India, enumerando una serie de incidentes de violencia contra las
minorías religiosas cristianas y musulmanas.
Según el jesuita, que es director de “Prashant” (Centro por los Derechos
Humanos, Justicia y Paz), Ahmedabad, en el estado de Gujarat, el
partido en el poder en India, el Bharatiya Janata Party “no puede
abandonar a los grupos extremistas hindúes, sus aliados”, en una
estrategia que “presenta una doble cara de una misma matriz, una más
dura, y una más liberal”.
“Todo el mundo sabe que no les pasará nada a los autores de estos
crímenes atroces”, señala el p. Prakash, recordando la masacre tuvo
lugar en Gujarat en 2002. “Este patrón de intolerancia ahora se está
tomando como una corriente principal de todo el país”, informa el
director, que alerta sobre el riesgo de que “se destruya el
multiculturalismo, el pluralismo, la tolerancia, el respeto a la
diversidad, valores que son una herencia preciosa de nuestra tierra”.