"En
el poco tiempo de su existencia -escribe FRANCISCO- este benemérito
grupo ha sabido realizar mucho y está llamado a una tarea decisiva para
la erradicación de las nuevas esclavitudes y recuerda que en el úlitmo
año ha habido novedades institucionales significativas, que sin duda
pueden apoyar su actividad, comenzando por el Encuentro de los Alcaldes
en la Ciudad del Vaticano el 21 de julio en el que importantes
personalidades firmaron una declaración comprometiéndose a erradicar las
nuevas esclavitudes que condenan como un crimen contra la humanidad".
También
menciona la reciente aprobación de la Agenda 2030, con los nuevos
objetivos del desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones
Unidas, entre los que se encuentra la adopción de medidas inmediatas y
eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas
modernas de esclavitud y la trata de seres humanos y asegurar la
prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil,
incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, a más
tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.
Cita
igualmente el Papa el discurso que pronunció ante Organización de las
Naciones Unidas en New York el pasado 25 de septiembre en el que afirmó
que el mundo reclama de todos los gobernantes ''una voluntad efectiva,
práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas, para
preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el
fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes
consecuencias... Es tal la magnitud de estas situaciones y el grado de
vidas inocentes que va cobrando, que hemos de evitar toda tentación de
caer en un nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las
conciencias''. ''Hoy los 193 estados que adhieren a la ONU tienen un
nuevo imperativo moral para combatir la trata de personas, verdadero
crimen contra la humanidad. La colaboración entre los Obispos y las
autoridades civiles, cada uno según su propia misión y naturaleza con el
fin de ir descubriendo las mejores prácticas para la realización de
esta delicada tarea, es un paso decisivo para asegurarse que la voluntad
de los gobiernos llegue a las víctimas de un modo directo e inmediato,
constante, eficaz y concreto''.