Lahore, PAKISTÁN (Agencia Fides, 21/06/2016) – “El delito de honor es la peor forma de ejemplo
de brutalidad y bestialidad en la sociedad paquistaní. El asesinato de
una hija a manos de su madre o padre es la profanación del sagrado
vínculo de la maternidad y la paternidad”: lo afirma a la Agencia Fides
Khalil Tahir Sindhu, Ministro católico por los Derechos humanos en el
gobierno de la provincia de Punjab, la más importante de Pakistán. El
ministro ha intervenido condenando el homicidio de la chica de 18 años
de nombre Zeenat, asesinada por su madre y hermanos en nombre del honor,
en Lahore. “Nuestra sociedad y el estado de derecho no permiten a nadie
tomarse la justicia por su mano: estos incidentes dan una imagen
negativa de Pakistán en la comunidad internacional”, ha declarado.
Ante el enésimo episodio, las organizaciones de los derechos humanos y
por la defensa de la mujer han alzado sus voces para pedir un “castigo
ejemplar a los culpables”, señalando con pesar que “la práctica del
delito de honor se ha extendido, desde las áreas tribales a las
principales ciudades de Pakistán”, con la esperanza de que se refuerce
la legislación para evitar tales crímenes o que se trabaje a nivel de
sensibilización de la opinión pública. El ministro Sindhu ha referido
que “la policía detuvo en Lahore a todos los sospechosos de este caso y
se tomarán medidas estrictas contra todos los involucrados”.
Según los datos de la Ong “Comisión por los derechos humanos de
Pakistán”, más de 500 mujeres han sido asesinadas el 2015 acusadas de
haber manchado el nombre y el honor de la familia. Cada año cientos de
mujeres son asesinadas en Pakistán por “delitos de honor”. Una enmienda
del código penal del 2005 impide que el autor del delito pueda auto
perdonarse, al ser “heredero de la víctima”, mientras que la familia de
la víctima sí puede conceder el perdón al asesino. El juez es el
encargado según su criterio de condenar a prisión o no a los autores del
crimen.