Manaus, BRASIL (Agencia Fides, 21/06/2016) – Cinco años después de dejar Haití debido al
terremoto y de comenzar una nueva vida en el norte de Brasil, Abdias
Dolce ha llevado la Antorcha Olímpica a través de las calles de Manaos
este domingo 19 de junio, representando, como él mismo ha dicho, a los
más de 40.000 inmigrantes haitianos que llegaron a Brasil tras el
terremoto que devastó su país en el 2010.
El padre Valdecy Molinari, párroco de la Parroquia de Sao Geraldo en
Manaus, que trabaja ayudando a los inmigrantes, estima que cerca de
10.000 personas originarias de la isla caribeña han pasado por la ciudad
desde el 2010. De estos, unos 2.000 permanecen ahí, mientras que el
resto ha viajado a otras partes de Brasil en busca de empleo.
El padre Molinari informa en la nota recibida en la Agencia que muchos
llegan a través de los traficantes de personas, conocidos como
“coyotes”, y un grupo numeroso de forma clandestina, sin pasar por la
policía de fronteras. “Hay gente que gana mucho dinero con los
haitianos: un visado, que cuesta $ 200, se le hacen pagar 2.500” ha
dicho el sacerdote.
Según el párroco, las mafias están bien organizadas
en Puerto Príncipe y Santo Domingo, desde donde parten los haitianos,
creyendo que su “ayuda” es esencial para obtener el visado. “Estos
coyotes no sólo están ahí desde el comienzo del viaje, sino que siguen
estando presentes aquí también; hace unos días ha pasado un grupo que
quería ir en una dirección, cuando de repente uno de ellos ha venido y
ha mandado a todos hacia Surinam” ha dicho el p. Molinari.