Abuja, NIGERIA (Agencia Fides, 21/06/2016) - “Nunca en la historia de nuestra comunidad hemos
visto algo como esto. Oramos y esperamos que nunca tengamos que ser
testigos de una tragedia de esta magnitud”, ha dicho Su Exc. Mons.
Godfrey Igwebuike Onah, Obispo de Nsukka, en el Estado de Enugu, al
sudeste de Nigeria, en su homilía en el funeral de las víctimas de la
masacre del pueblo de Nimbus. La matanza, atribuida a pastores Fulani,
tuvo lugar el 25 de abril, pero los funerales de
algunas de las víctimas no se han podido celebrar hasta el 17 de junio.
“Damos gracias a Dios porque algunos de entre nosotros todavía siguen
vivos para enterrar y honrar a nuestros muertos. Si nuestros invasores
hubiesen continuado por su camino, es probable que no hubiesen dejado a
nadie vivo en Nimbo para enterrar a los muertos. Pero gracias a Dios
varios habitantes lograron escapar, y algunos de ellos están aquí hoy
para dar su último adiós a sus hermanos caídos”.
El obispo invita a la comunidad al perdón: “aunque es difícil perdonar
el ataque violento que nos ha causado tanto dolor, sabemos que un
espíritu que no perdona no traerá la paz. Rogamos a Dios que nos de la
gracia de perdonar y amar a nuestros enemigos”.
Mons. Onah también insta a los fieles a “no tener miedo”, pero añade,
“¿cómo no tener miedo cuando se extienden rumores (o tal vez es algo más
concreto) de que nuestros atacantes van a volver a nuestras granjas?”.
Mons. Onah lanza por tanto un llamamiento al gobierno para que garantice
la seguridad a los agricultores y afirma que está en contra de la
propuesta que se está debatiendo en el Parlamento Federal de una reserva
de pastos para los pastores Fulani en todos los estados de Nigeria. Según el obispo, “el hombre no vive solamente
de la carne”, sino también de los frutos de la tierra, en una clara
referencia a la tensión secular entre los pastores nómadas y los
agricultores sedentarios que caracterizan a las diferentes regiones de
África.
Según Mons. Onah “parece que algunos elementos criminales están
utilizando el movimiento de los pastores nómadas como cobertura para
atacar a varios pueblos y perpetrar crímenes atroces”. El obispo hace
hincapié en que esta violencia tiene que parar porque de lo contrario
“la sensación de inseguridad podría dar lugar a una escalada de la
violencia y al colapso de la ley y del orden”.