Johannesburgo, SUDÁFRICA (Agencia Fides, 24/06/2016) - Se nota que se está dando una apertura
para revisar la política de migración de los refugiados, pero debe
realizarse en lo concreto, teniendo en cuenta que el diablo se esconde
en los detalles. Este es el significado de la nota recibida por la
Agencia Fides, publicada por la Southern African Catholic Bishops’
Conference y del Jesuit Refugee Service (JRS), después de una reunión
con el Ministro del Interior de Sudáfrica, Malusi Gigaba, con motivo de
la reciente Jornada Mundial del Refugiado.
El ministro ha reconocido la contribución positiva de los refugiados al
país, y la necesidad de que los sudafricanos tomen conciencia de esto.
Al mismo tiempo, ha condenado la xenofobia y la tentación de dar la
responsabilidad a los Refugiados de los males del país.
Lo que suscita más perplejidad en la Iglesia es “el deseo de una
separación real de las políticas para los migrantes y refugiados, en
particular para los migrantes de los países más pobres en busca de
mejores oportunidades, que se muestran como 'simil-refugiados' en su
perfil social y económico, pero la naturaleza de sus necesidades es
diferente. Este es un gran desafío desde el punto de vista político y
operativo” subraya la nota.
Esta separación entre refugiados y migrantes económicos se llevará a
cabo a través de dos medidas. La primera es la creación de un “estatuto
indefinido de refugiado que cierra la posibilidad de obtener una
residencia permanente o la ciudadanía” y el otro “es la creación de
algún tipo de documento de identificación SADC para facilitar el
movimiento entre los países de la comunidad y la política de separar a
los inmigrantes económicos de las preocupaciones humanitarias más
inmediatas de los refugiados”.
El temor de la Iglesia es que con estas medidas en lugar de promover la
integración de los refugiados se cree una “clase permanente de 'otros'”,
distintos del resto de la población.
La SADC (Southern African Development Community, Comunidad de Desarrollo
de África Austral) está formada por Angola, Botswana, República
Democrática del Congo, Lesotho, Madagascar, Malawi, Madagascar,
Mauricio, Mozambique, Namibia, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Zambia y
Zimbabwe. Varios residentes de los otros estados de la SADC viajan a
Sudáfrica en busca de oportunidades de empleo.