Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 22/06/2016) - La Iglesia católica en Filipinas hará todo lo
posible para desalentar acciones políticas que puedan re-introducir la
pena de muerte en el país. Según la información recibida en la Agencia
Fides, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, el
arzobispo Sócrates Villegas de Lingayen-Dagupan ha dicho que tratará de
organizar un encuentro con el nuevo presidente Rodrigo Duterte para
pedirle que reconsidere su plan para reactivar la pena de muerte.
Duterte ha declarado que pretende presentar al Congreso de Filipinas una
medida para restaurar la pena de muerte, al menos para los delitos más
graves.
Varios obispos han expresado fuertes reservas, recordando la doctrina
católica, recientemente reiterada por el Papa Francisco. El arzobispo de
Lipa, Ramón Argüelles, ha recordado que la pena capital no es disuasiva
para la delincuencia, con la esperanza de que tal medida “no sea
realizada, precisamente mientras la Iglesia celebra el Año de la
Misericordia”. El arzobispo emérito de Cebú, Oscar Cruz, también ha
cuestionando las intenciones del presidente anunciando que “sin duda
habrá que oponerse a este plan: la Iglesia no se quedará mirando”,
mientras que el obispo de Balanga, Ruperto Santos, ha recordado que
“sólo Dios tiene el poder sobre la vida. Dios da la vida y Dios la
quita. Nadie debe jugar a ser Dios”. En lugar de esto, el obispo sugiere
una “reforma del sistema judicial y penitenciario”.
Duterte ha basado gran parte de su campaña en el tema de la lucha contra
la delincuencia, la legalidad y el fin de la impunidad de los autores
de los crímenes. El nuevo presidente de la “Comisión para los Derechos
Humanos” de Filipinas, José Luis Guascon, ha recordado que el objetivo
del sistema penal de Filipinas es la rehabilitación, mientras que la
pena de muerte cierra esta opción.