lunes, 1 de agosto de 2016

FRANCISCO: Mensajes de julio 2016 (29, 26, 19, 16, 5 y 2)

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
JULIO 2016


VIDEOMENSAJE A LOS JÓVENES CUBANOS REUNIDOS EN LA HABANA EN PREPARACIÓN A LA JMJ DE CRACOVIA


[29-31 DE JULIO DE 2016] 


Queridos jóvenes reunidos en La Habana:


Con mucha esperanza me uno a ustedes en este momento en que se ponen en sintonía con la Iglesia universal que tendrá su corazón joven en Cracovia. Confío en que estos días serán, para todos, una especial ocasión para el fomento de la cultura del encuentro, la cultura del respeto, la cultura de la compresión y del perdón recíproco. Eso es “armar lío”; eso es soñar. Y los jóvenes tienen que “armar lío”.


Les sugiero que vivan la experiencia de escuchar con detenimiento el Evangelio y luego poder hacerlo vivo en sus propias vidas de ustedes, en las de su familia, sus amigos. Ustedes saben, el Evangelio transforma el corazón: déjense transformar por sus palabras que «son espíritu y vida»; esas palabras que son concretas, concretas como la vida, porque ya a la edad de ustedes se habrán dado cuenta que la vida es concreta, no son sueños, la vida es concreta, o la tomás como viene, concreta, o fracasás.


Cuando recen el Vía Crucis recuerden que no podemos amar a Dios si no amamos a los hermanos, y esto simplemente porque la Cruz es la certeza del amor fiel de Dios por nosotros. Es decir, la Cruz es un amor concreto para una vida concreta, un amor tan grande que hasta es capaz de entrar en nuestro pecado, en nuestra miseria, perdonar el pecado, curar la miseria. La Cruz es un amor que entra en nuestro sufrimiento y nos da fuerza para sobrellevarlo; y entra también en la muerte para vencerla y salvarnos.


Cuando atraviesen la Puerta Santa, déjense contagiar por este amor – si me escucha un médico me va a retar – enférmense, enférmense de amor, así aprenderán a mirar siempre a los demás con misericordia, con cercanía, con ternura, sobre todo a quien sufre y a quienes tienen necesidad de ayuda.


Estarán ante Jesús Sacramentado: acompáñenlo, porque en él, y solo en él van a encontrar la fuerza para seguir el proyecto de felicidad más hermoso y constructivo de nuestras vidas; porque, ¿saben?, el amor es constructivo, el amor no destruye ni al enemigo, el amor siempre construye. Y, cuando sean enviados por los obispos como Testigos de la Misericordia, recuerden que el deseo más hermoso del Maestro es que no le tengan miedo a nada. Chicos y chicas, no le tengan miedo a nada, sean libres de las ataduras de este mundo y anuncien a todos, a los enfermos, a los ancianos, a los tristes, que la Iglesia está llorando junto a ellos, y que Jesús es capaz de darles nueva vida, de resucitarlos.


Quizás les pueda ayudar lo que nos legara el Venerable Padre Félix Varela: ustedes «son la dulce esperanza de la patria». ¡Arriesgado el padrecito! Pero se lo dice a ustedes, no me lo dice a mí, ustedes son «la dulce esperanza de la patria». Para ser portadores de la esperanza, será necesario que no pierdan esa capacidad de soñar. Recuerden que en la objetividad de la vida tiene que entrar esa capacidad soñadora, y que quien no tiene la capacidad de soñar está clausurado en sí mismo (cfr. Saludo a los jóvenes del Centro Cultural “Padre Félix Varela”, La Habana, 20 de Septiembre de 2015). Yo añadiría algo más: quien no tiene la capacidad soñadora, ya se jubiló. Los jóvenes que no tienen esta capacidad de soñar y andar adelante ya se jubilaron y no sirven ni para papel picado en fiesta de carnaval.


Jóvenes cubanos: ¡Ábranse a cosas grandes! No tengan miedo, no sean tiquismiquis. ¡Sueñen que el mundo con ustedes puede ser distinto! ¡Sueñen que Cuba con ustedes puede ser distinta y cada día mejor! ¡No se rindan! En este empeño, es importante, es preciso abrir el corazón y la mente a la esperanza que da Jesús.


Y nunca olviden que esa esperanza es sufrida; la esperanza sabe sufrir para llevar a cabo un proyecto, pero tampoco olviden que ella da vida, es fecunda. Y con esa esperanza no serán estériles, sino que darán vida a los demás, harán patria, harán Iglesia, harán cosas grandes. ¿Por qué? Porque la esperanza es convocadora para construir “la amistad social”, aunque se piense diferente. No es necesario que todos piensen igual, no, no, todos tienen que unirse en la “amistad social”, aunque uno piense de otra manera o tenga otra convicción; pero todos tienen algo común: ese deseo de soñar y ese amor a la patria. Lo importante, iguales y diferentes, es construir la “amistad social” con todos; tender puentes, trabajar mancomunados. ¡Tender puentes! Alguno de ustedes me podrá decir: ¿Y cómo puedo yo tender un puente, si no soy ni carpintero, ni ingeniero? Todos podemos tender puentes, con la palabra, con el deseo, con el corazón. Pero ahora los invito a ser constructores de un  puente humano, del primer puente que se tendió en la historia: dense la mano, estiren el brazo y dense la mano. ¡Háganlo! Y así, ya, todos juntos, con la mano tendida, estamos dando testimonio de que queremos tender puentes y trabajar mancomunados.


Muchachos y muchachas, reunidos en La Habana, pero con el corazón puesto en Cracovia: ¡no se desencuentren! ¡vayan juntos! Tiendan puentes, siempre con la mano tendida.
En ese caminar, los anima la Virgen María de la Caridad. Ella desde hace más de 400 años acompaña la fe, la esperanza y el encuentro entre todos los cubanos. Pongo a sus pies, todo lo hermoso que su Hijo les regalará en estos días. Y recuerden las palabras de Ella en Caná: “Hagan lo que él les diga” (Jn 2,5).


Les aseguro mi cercanía y mi oración por ustedes y por todo el amado pueblo cubano, a la vez que, con particular afecto, los bendigo. Y como siempre les pido: recen por mí. Un abrazo y un puente.

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VIDEOMENSAJE A LOS JÓVENES DE LA 
DIÓCESIS DE BROWNSVILLE, TEXAS (EUA)


[26 DE JULIO DE 2016] 


Queridos jóvenes de la diócesis de Brownsville reunidos en este día de Santa Ana, la abuela de Jesús. Sé que están reunidos en Texas, muy cerca de México, muy cerca de Latinoamérica. Y sé que están reunidos para unirse espiritualmente a la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia.


Quiero estar cerca de ustedes. Quiero decirles que miren siempre hacia adelante, miren siempre a los horizontes, no dejen que la vida le ponga muros delante, siempre mirar al horizonte. Siempre tener el coraje de querer más, más, más..., con valentía pero, a la vez, no olvidarse de mirar atrás, a la herencia que han recibido de sus mayores, de sus abuelos, de sus padres; a la herencia de la fe, esa fe que ahora ustedes tienen en sus manos para mirar hacia adelante.


Yo sé que algunos de ustedes me preguntará: “Padre, sí, usted nos habla de mirar horizontes y de recordar cosas, pero hoy, ¿qué hago?” ¡Jugate la vida! Hoy asumí la vida como está y hacé el bien a los demás. Hoy se está jugando en el mundo una partida en la que no hay sitio para los suplentes, o jugás de titular, o estás afuera. Tomá la memoria recibida, mirá el horizonte y, hoy, asumí la realidad y llevala adelante, hacela fructificar, hacela fecunda. ¡Dios te llama a ser fecundo! Dios te llama a trasmitir esa vida. Dios te llama a crear esperanza. Dios te llama a recibir misericordia y a dar misericordia. Dios te llama a ser feliz ¡No tengas miedo! No tengas miedo. ¡Jugátela toda! La vida es así.


Les deseo un lindo encuentro de jóvenes unidos a las Jornadas de la Juventud, unidos a los jóvenes que están en Cracovia. ¡Tengan entusiasmo, vayan adelante! Que la Virgen los cuide mucho, que Jesús los bendiga, y por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias.

 
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VIDEOMENSAJE CON OCASIÓN DEL 
VIAJE APOSTÓLICO A POLONIA


[27-31 DE JULIO DE 2016]
 

Queridos hermanos y hermanas:


Está ya cercana la trigésima primera Jornada Mundial de la Juventud, que me lleva a encontrar a los jóvenes del mundo, convocados en Cracovia, y que me ofrece también la feliz oportunidad de encontrarme con la querida nación polaca. Todo va a estar marcado por el signo de la misericordia, en este Año jubilar, y por la memoria agradecida y devota de San Juan Pablo II, que fue el artífice de la Jornada Mundial de la Juventud, y fue el guía del pueblo polaco en su reciente camino histórico hacia libertad.


Queridos jóvenes polacos, sé que desde hace tiempo estáis preparando, sobre todo con la oración, el gran encuentro de Cracovia. Os agradezco de corazón todo lo que estáis haciendo, y el amor con el que lo hacéis; desde ahora, os abrazo y os bendigo.


Queridos jóvenes de toda Europa, África, América, Asia y Oceanía, bendigo también vuestros países, vuestros deseos y vuestros pasos hacia Cracovia, para que sean una peregrinación de fe y de fraternidad. Que el señor Jesús os conceda la gracia de experimentar en vosotros mismos estas palabras suyas: «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5,7).


Deseo mucho encontrarme con vosotros, para ofrecer al mundo un nuevo signo de armonía, un mosaico de rostros diferentes, de tantas razas, lenguas, pueblos y culturas, pero todos unidos en el nombre de Jesús, que es el Rostro de la Misericordia.


Y ahora me dirijo a vosotros, queridos hijos e hijas de la nación polaca. Siento que es un gran don del Señor el estar entre vosotros, por que sois un pueblo que en su historia ha atravesado tantas pruebas, algunas muy duras, y ha salido adelante con la fuerza de la fe, sostenido por la mano materna de la Virgen María. Estoy convencido de que la peregrinación al Santuario de Częstochowa será para mí una inmersión en esta fe probada, que me hará mucho bien. Os agradezco las oraciones con las que estáis preparando mi visita. Doy las gracias a los Obispos y sacerdotes, a los religiosos y religiosas, a los fieles laicos, especialmente a las familias, a las que llevo en espíritu la Exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia. La «salud» moral y espiritual de una nación se ve por sus familias; por eso, San Juan Pablo II se interesaba especialmente por los novios, los jóvenes esposos y por las familias. Continuad por este camino.


Queridos hermanos y hermanas, os envío este mensaje como prueba de mi afecto. Permanezcamos unidos en la oración. ¡Y nos vemos en Polonia!
 

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 VIDEOMENSAJE A LOS JÓVENES PARTICIPANTES EN EL EVENTO
"TOGETHER 2016

WASHINGTON, E.U.A.

Julio 16 de 2016


Chicos y chicas, yo sé que ustedes en el corazón tienen algo que los mueve, que están inquietos, porque un joven que no está inquieto, es un viejo y ustedes tienen juventud y la juventud crea inquietud. Te pregunto: ¿cuál es tu inquietud? ¿Sabes bien cuál es tu inquietud? ¿O no sabes? ¿Querés saber cuál es tu inquietud? Yo te invito al gran encuentro de todos los jóvenes en Washington para encontrar a Quien puede darte una respuesta a esta inquietud. Yo te invito a que te pongas esta camiseta para que te revistas un día y puedas responder a esa gran inquietud. Y está seguro, te lo aseguro, no vas a estar frustrado, no vas a estar frustrada. Él no desilusiona a nadie, Jesús te espera, Él es quien sembró en tu corazón la semilla de la inquietud. Animate, no tenés nada que perder, probá después me contás. Gracias. 

Fuente: RADIO VATICANO



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VIDEOMENSAJE CON OCASIÓN DE LA CAMPAÑA DE 
CARITAS INTERNATIONALIS
POR LA PAZ EN SIRIA




Queridos hermanos y hermanas:


Hoy quiero hablaros de algo que entristece mucho mi corazón: la guerra en Siria, que ya entró en su quinto año. Es una situación de sufrimiento indescriptible, cuya víctima es el pueblo sirio, obligado a sobrevivir bajo las bombas o buscando vías de evacuación a otros países o áreas de Siria, menos desgarradas por la guerra: abandonan sus hogares, todo ... También pienso en las comunidades cristianas, a las que mando todo mi apoyo, a causa de la discriminación que tienen que soportar.


Me gustaría hacer aquí una exhortación a todos los fieles y a todos aquellos que están comprometidos con Caritas, en la construcción de una sociedad más justa. Mientras que el pueblo sufre, una increíble cantidad de dinero se gasta para proporcionar armas a los combatientes. Y algunos de los países proveedores de estas armas también se encuentran entre los que hablan de paz. ¿Cómo se puede cree en quienes con la mano derecha te acarician y te golpean con la izquierda?


Animo a todos, adultos y jóvenes, a vivir con entusiasmo este Año de la Misericordia para vencer a la indiferencia y proclamar con fuerza que ¡la paz en Siria es posible! ¡La paz en Siria es posible!


Por eso, somos llamados a encarnar esta Palabra de Dios: "Porque yo sé muy bien lo que haré por ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de esperanza - palabra de Yavé” (Jeremías 29 , 11).


Les invito a orar por la paz en Siria y por su pueblo, en ocasión de vigilias de oración, de iniciativas de sensibilización en grupos, en parroquias y comunidades, para difundir un mensaje de paz, un mensaje de unidad y esperanza.


Que a la oración, sigan luego obras de paz. Les invito que se dirijan a aquellos que están involucrados en las negociaciones de paz, para que tomen en serio estos acuerdos y se comprometen a facilitar el acceso a la ayuda humanitaria.


Todo el mundo debe reconocer que no existe una solución militar para Siria: sólo una política. Por lo tanto, la comunidad internacional debe apoyar las conversaciones de paz para construir un gobierno de unidad nacional.


Unamos fuerzas, a todos los niveles, para asegurarnos de que la paz sea posible en la amada Siria.
 


¡Esto sí que será un grandioso ejemplo de misericordia y amor vivido por el bien de toda la comunidad internacional!


¡Que el Señor les bendiga y la Virgen les guarde!


Gracias".


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VIDEOMENSAJE A LOS PARTICIPANTES EN LA MANIFESTACIÓN JUNTOS POR EUROPA


[MONACO DI BAVIERA, 2 DE JULIO DE 2016]



Queridos amigos de “Juntos por Europa”
 
“Sé que estáis reunidos en Munich de Baviera muchos Movimientos y Grupos, provenientes de varias Iglesias y Comunidades, para vuestro congreso con el título: “Encuentro - Reconciliación - Futuro”.



Tenéis razón. Es hora de que nos pongamos juntos, para afrontar con verdadero espíritu europeo las problemáticas de nuestro tiempo. Además de algunos muros visibles, se refuerzan también los invisibles, que tienden a dividir este continente. Muros que se alzan en los corazones de las personas. Muros hechos de miedo y de agresividad, de falta de comprensión hacia las personas de distintos orígenes o convicciones religiosas. Muros de egoísmo político y económico, sin respeto a la vida y a la dignidad de cada persona.



Europa se encuentra en un mundo complejo y fuertemente en movimiento, cada vez más globalizado y, por eso, cada vez menos euro céntrico.



Si reconocemos estas problemáticas epocales, debemos tener el valor de decir: ¡necesitamos un cambio! Europa está llamada a reflexionar y a preguntarse si su inmenso patrimonio, impregnado de cristianismo, pertenece a un museo, o por el contrario, es capaz todavía de inspirar la cultura y de donar sus tesoros a toda la humanidad.



Estáis reunidos para afrontar juntos estos desafíos abiertos en Europa, y para mostrar testimonios de una sociedad civil que trabaja en red para la acogida y la solidaridad hacia los más débiles y desafortunados, para construir puentes, para superar los conflictos declarados o latentes.



La historia de Europa es la historia de un continuo encuentro entre el Cielo y la tierra: el Cielo indica la apertura a lo Trascendente, a Dios, que desde siempre ha caracterizado al hombre europeo; y la tierra representa su capacidad práctica y concreta de afrontar situaciones y problemas.



También vosotros, Comunidades y Movimientos cristianos nacidos en Europa, sois portadores de múltiples carismas, dones de Dios para ponerlos a disposición. “Juntos por Europa” es una fuerza de cohesión, con el claro objetivo de traducir los valores, que son la base del cristianismo, en una respuesta concreta a los desafíos de un continente en crisis.



Vuestro estilo de vida se basa en el amor recíproco, vivido con radicalidad evangélica. Una cultura de la reciprocidad significa: confrontarse, estimarse, acogerse, sostenerse mutuamente. Significa valorar la variedad de los carismas, para converger hacia la unidad y enriquecerla. La presencia de Cristo entre vosotros, transparente y tangible, es el testimonio que induce a creer.



Toda unidad auténtica vive de la riqueza de las diversidades que la componen — como una familia, que está tanto más unida cuanto más cada uno de sus componentes puede ser profundamente sí mismo sin temor. Si toda Europa quiere ser una familia de pueblos: que vuelva a poner en el centro a la persona humana, que sea un continente abierto y acogedor, que siga realizando formas de cooperación no sólo económica sino también social y cultural.



Dios siempre trae novedad. ¡Cuántas veces lo habéis experimentado ya en vuestra vida! ¿Estamos también hoy abiertos a sus sorpresas? Vosotros, que habéis respondido con valentía a la llamada del Señor, estáis llamados a mostrar su novedad en la vida y así, hacer florecer los frutos del Evangelio, frutos germinados de las raíces cristianas, que desde hace 2000 años nutren a Europa. ¡Y produciréis frutos aún más grandes! Mantened la frescura de vuestros carismas; tened vivo vuestro “Juntos”, y ¡ampliadlo! Haced que vuestras casas, comunidades y ciudades sean laboratorios de comunión, de amistad y de fraternidad, capaces de integrar, abiertos al mundo entero.



¿Juntos por Europa? Hoy es más necesario que nunca. En una Europa de muchas naciones, vosotros testimoniáis que somos hijos del único Padre y hermanos y hermanas entre nosotros. Sois una semilla de esperanza preciosa, para que Europa redescubra su vocación de contribuir a la unidad de todos.


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