Juba, SUDÁN DEL SUR (Agencia Fides, 09/09/2017) - “Es demasiado simplista describir el conflicto en
Sudán del Sur como algo exclusivamente étnico. La lucha por el poder,
la corrupción, la mala gestión de la leadership militar, política, de
los recursos y la falta de libertad de base, son situaciones reales que
complican enormemente el conflicto” escribe a la Agencia Fides el p.
Daniele Moschetti, misionero comboniano que ha prestado servicio durante
seis largos años en Sudán del Sur, país desestabilizado por una guerra
civil dramática que estalló en diciembre de 2013. “Las divisiones
étnicas siguen siendo una característica constante de la sociedad de
Sudán del Sur desde hace décadas. En el pasado, han llegado incluso a
debilitar la lucha por la liberación y esto es un factor importante
dentro de la guerra civil actual. La gran diversidad étnica de este
bellísimo país debería ser motivo de orgullo y no de sufrimiento”
subraya el misionero. Además el p. Daniele evidencia la
violencia que han sufrido los civiles, sobre todo las mujeres y niños,
señalando algunos testimonios como el de Mary, de 23 años, madre de
cinco hijos que dice: “La única forma de estar al seguro para las
mujeres y los niños es estar muertos. No hay modo de estar a salvo
mientras estas viva. Es horrible decirlo pero esta es la situación...”.
Los Combonianos también han vivido la violencia en su piel viendo
destruir algunas de sus misiones como la de LominKajoKeji, en la
provincia de Ecuatoria. “La misión calló primero en manos de los
rebeldes y luego de los gobernativos.
Fue saqueada y totalmente
destruida; era una de las mejores misiones organizadas por nuestra
provincia sursudanesa y estaba situada en la que era la zona más fértil y
pacífica de los últimos años, pero ahora ha sido arrasada por completo”
comenta el p. Daniele. “Nuestros hermanos y hermanas de la familia
comboniana han decidido seguir a la población que se ha transferida en
masa a los campos de refugiados en Uganda. La vida allí es realmente
dura, no existen ni siquiera los servicios mínimos necesarios para poder
vivir o al menos para sobrevivir. Cuando se tiene que gestionar a
millones de refugiados, el problema humanitario le viene grande a todos.
Pero la esperanza no ha muerto, continúa viva dentro de estas personas
que lucha
n
cotidianamente por sobrevivir con el deseo de ser rescatados y de
regresar un día a su tierra”.
El p. Daniele Moschetti acaba de publicar un libro (Sudán del Sur: el
largo y sufrido camino hacia la paz, la justicia y la dignidad, con una
introducción del Papa Francisco) sobre el drama sursudanés, basado en su
experiencia como misionero en el País.