Marawi City, FILIPINAS (Agencia Fides, 01/09/2017) - “Vivimos horas de gran aprensión. La
crisis de Marawi está a punto de terminar. El ejército filipino ha
recuperado gran parte de la ciudad y entre los terroristas queda sólo un
puñado de irreducibles que sigue manteniendo un grupo de rehenes, entre
ellos el vicario de Marawi, el p. Soganub y otros católicos. El momento
es muy peligroso porque las vidas de los rehenes en estas horas está en
riesgo. Todo el mundo se pregunta: ¿cuál será su destino? ¿Qué harán
los terroristas?” Así lo declara a la Agencia Fides, visiblemente
preocupado, el obispo Edwin de La Peña, quién dirige la prelatura
apostólica de Marawi, en la isla de Mindanao. La ciudad de Marawi fue
ocupada por jihadistas fieles al Estado Islámico y está sitiada por el
ejército filipino desde hace más de tres meses.
El Obispo continúa: “El Presidente Duterte ha confiado a los líderes
militares la responsabilidad de la estrategia de campo. Ellos harán sus
elecciones, para Duterte es importante poner fin a esta crisis que se
prolonga desde hace demasiado tiempo. El presidente también está
impaciente por razones políticas y teme por su popularidad. Pero hoy
quiero lanzar un llamamiento al Presidente Duterte y a los militares: la
prioridad debe ser salvar vidas humanas. Esperamos que cada acción
respete esta prioridad. Las vidas de los rehenes no son y nunca serán
consideradas 'daños colaterales'. Son vidas humanas y sus familias están
sufriendo. Si algo malo pasara, sería una gran amargura y dolor. Oremos
por ellos con todo el corazón. Sabemos que en las últimas semanas, el
p. Teresito tuvo la oportunidad de escapar, uniéndose a un grupo que
logró hacerlo, pero quería estar cerca de su gente”.
La tensión sigue siendo alta en Marawi: “Desafortunadamente, no hay
negociaciones – continua Mons. De la Peña - porque los militantes son
extremistas y en su ideología de odio no han dejado margen para el
diálogo. Además, el Presidente Duterte ha elegido la línea dura y no hay
canales para posibles negociaciones. Incluso los líderes musulmanes que
han ido a Marawi en las últimas semanas han vuelto con las manos
vacías”.
El obispo confirma a Fides que la catedral católica de Marawi,
previamente ocupada y devastada por los yihadistas, ha sido recuperada
por los militares, pero “todavía no me han dado permiso para ir a
verla”, señala. “Haremos todos los esfuerzos para reconstruirla. Y ahora
todo el pueblo marawi, desplazado, está deseando volver a tocar el
suelo nativo. Quiere regresar, comenzar lentamente su recuperación y
reconstrucción”, añade.
Mons. de la Pena lanza un llamamiento a través de la Agencia Fides:
“Pedimos a todos los católicos del mundo que se unan a nosotros en la
intensa e incesante oración por la vida de los rehenes. Pedimos al Papa
que nos muestre su cercanía y solidaridad. Sus palabras serían un fuerte
estímulo para todos nosotros. La única salvación para nosotros hoy es
confiar en Dios y confiar esta delicada situación a María, Auxiliadora,
protectora de nuestra prefectura apostólica de Marawi. Esta crisis
comenzó justo en vísperas de su fiesta. Ahora invocamos a la Virgen
María con todo el corazón y ponemos en sus manos y bajo su manto la vida
de los fieles inocentes”.