Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 05/09/2017) - Queremos un país unido, donde cristianos y
musulmanes vivan en paz. Así lo ha reiterado en una entrevista al
periódico Afrique-Asie, Su Eminencia, el Cardenal Dieudonné Nzapalainga,
Arzobispo de Bangui, y el Imam Oumar Kobine Layama, la máxima autoridad
religiosa musulmana del Centro-áfrica que junto con el Pastor Nicolás
Guérékoyamé Gbangou son miembros de la Plataforma de Confesiones
Religiosas Centro-africanas.
En un país donde el 80% de la población es cristiana (mitad católicos y
mitad protestantes) y el 20% musulmana, “era nuestro trabajo valorar lo
que nos une y no lo que nos divide”, ha dicho el imán Kobine. La
presencia de grupos armados que hacen referencia a la religión islámica
(los antiguos rebeldes Seleka) o cristiana (los llamados anti balaka)
tiene motivaciones políticas y la explotación de los recursos naturales
del país. “Siempre nos hemos negado a decir que los anti-Balaka son
cristianos. Son asesinos, punto”, ha dicho el cardenal Nzapalainga. “Por
eso hemos creado la Plataforma de las Confesiones Religiosas
Centro-africanas para afirmar la unidad de nuestras religiones”.
Los dos líderes religiosos subrayan que pueden ayudar a desarmar los
ánimos, pero que la intervención de la comunidad internacional es
necesaria para garantizar la seguridad que todavía es precaria.
El Presidente Faustin-Archange Touadéra ha convocado a las distintas
facciones centro-africanas para que discutan la paz, a excepción de dos,
lamenta el imán Kobine, “la dirigida por François Bozizé y la de Michel
Djotodia (respectivamente el presidente derrocado por Seleka y el jefe
de este último auto-proclamado Jefe de Estado, ed.). Estas dos facciones
se han asentado en las áreas de minas de oro y actúan sólo a la luz de
sus intereses económicos. Se entiende, por tanto, que hay mucho más que
el mero contraste religioso en esta historia”.