Santa Cruz de la Sierra, BOLIVIA (Agencia Fides, 12/07/2018) – Suman 2.800 los delegados de
24 países que han invadido las comunidades parroquiales en la ciudad
boliviana de Santa Cruz de la Sierra, donde cientos de familias los han
acogido en sus casas por el quinto Congreso Misionero Americano (CAM 5).
Una experiencia misionera que revive la de los 72 discípulos enviados
por Cristo a predicar el Evangelio, para llevar la paz a los hogares de
quienes los recibieron. "Es muy importante para nosotros que las
familias nos reciban en sus hogares, en su intimidad", dijo a Fides la
joven paraguaya Zully Orrego. "Son momentos preciosos para compartir.
Sientes que lo que es suyo es nuestro".
Los 165 voluntarios de la Pastoral Juvenil de la diócesis, como explica
la coordinadora Carla Núñez, están repartidos por toda el área donde se
realiza el evento, desde el aeropuerto, para la bienvenida, hasta el
ingreso de las sedes de las comisiones de trabajo. Los jóvenes ayudan a
los participantes con el transporte y la seguridad. "Nuestros corazones
están llenos de alegría por la respuesta inmediata de los jóvenes, que
están recibiendo con mucho amor a los congresistas".
"Fe y misión se alimentan mutuamente," dijo durante el acto inaugural,
el presidente de las Pontificias Obras Misioneras, Mons. D. Giampietro
Dal Toso. Luego, el Obispo Guido Charbonneau, de la diócesis hondureña
de Choluteca, sostuvo la primera conferencia del evento, en la mañana
del 11 de julio, sobre el tema "La alegría apasionante del Evangelio".
Para presentar el Evangelio con alegría y pasión es imprescindible
"comunicar con alegría el encuentro con el resucitado, que nos llena de
alegría contagiosa” y que se traduce en la conversión: la experiencia de
los discípulos de Emaús, sostuvo Charbonneau.
Como ellos, "nuestros pueblos no puede ocultar su tristeza," se sienten
"humillados, frustrados, cansados de tantas promesas rotas". Pero con el
encuentro con Jesús, descubren "el sentido profundo de las escrituras y
eso los llena de fuego interior" y, con él, "la alegría apasionante del
Evangelio." Su alegría es incontenible y proviene de Bienaventuranzas,
que muestran también un camino de santidad y ayudan a encontrar la
fuerza y la esperanza para afrontar experiencias de sufrimiento. La
misericordia de Dios es otra fuente de alegría evangélica así como la
Eucaristía, ambos alimentos para la tarea de la evangelización.
Finalmente, Mons. Charbonneau pidió a los obispos americanos "que
siempre haya apertura a los misioneros laicos, lo que implica la
aceptación y el apoyo económico de las misiones".
En la tarde del miércoles 11 de julio y durante los dos días siguientes,
el congreso desarrolló doce temas y 5 asambleas que profundizaron y
enriquecieron con propuestas concretas los conceptos sugeridos al inicio
del evento. Hubo 4 mesas redondas sobre las nuevas perspectivas de
misionología, comunicación y misión, infancia y adolescencia misionera, y
misión y pastoral universitaria. Los trabajos de grupo de trabajo se
realizaron con la metodología del "ver, juzgar y actuar."