Managua, NICARAGUA (Agencia Fides, 27/07/2018) – Los obispos de la Conferencia Episcopal de
Nicaragua (CEN) decidieron solicitar por escrito al Presidente de
Nicaragua, Daniel Ortega, si se quiere que sean aún los mediadores y
testigos del diálogo nacional. Según lo ha confirmado una fuente de
Fides, Mons Carlos Herrera, Obispo de Jinotega dijo: "Se decidió enviar
una carta para que seamos correctos, y saber si realmente quiere que
continuemos como mediadores y testigos", dijo el obispo. Los obispos se
reunieron el pasado lunes, 23 de julio (ver Fides 24/07/2018), para
decidir las acciones a tomar después de haber sido acusados públicamente
por el presidente Ortega de ser "golpistas", durante las celebraciones
del 19 de julio.
Ayer tuvo lugar una segunda reunión de Obispos, para analizar la
terrible situación que vive el país 100 días después del inicio de esta
sangrienta etapa que dejó más de 350 muertos. "Se decidió en la reunión
de enviar una carta tan pronto sea posible. Y en función de la
respuesta, se considerará si se debe continuar e incluso se decidirá de
(re) convocar el diálogo", dijo Mons. Herrera. El Obispo de Jinotega
subrayó: "Todo lo que hemos hecho es para ser testigos del diálogo, en
estos días sabremos si vamos a seguir", concluyó, señalando que el
próximo lunes, 30 de julio la CEN se reunirá en Managua.
Mientras tanto, la tensión continúa creciendo, tanto interna como
internacionalmente. Dentro del país, el lunes 23, se realizó una Marcha
de los autoconvocados, donde por primera vez desde que comenzó la
crisis, todos los estudiantes que se habían escondido después de ser
amenazados y perseguidos salieron a la calle. Hubo muchos estudiantes de
secundaria y de liceo, muchos estudiantes universitarios, muchos
abrazos y gritos entre los jóvenes que, después de las primeras
reuniones frente a la UNAM donde todo comenzó, no se habían reunido otra
vez porque estaban escondidos o detenidos en algún cuartel. Esta vez,
sin embargo, hubieron muchos más, para que sus voces se escucharan en
todo el país y en todo el mundo. "Somos estudiantes, no delincuentes":
con este lema invadieron las calles antes de ser dispersados por la
policía con métodos violentos. A partir de esta marcha, la población y
la prensa comprendieron que esta vez, como estaba escrito en uno
de los grandes carteles, "no retrocedemos".
Internacionalmente, hay dos eventos para informar. El primero se refiere
a la muerte violenta de una joven brasileña, Raynéya Gabrielle Lima,
una estudiante de medicina de 31 años de Nicaragua, aparentemente
asesinada por paramilitares. En Brasil, el canciller brasileño, Aloysio
Nunes, convocó al embajador de Nicaragua, Luís Cláudio Villafañe, para
informarle de la decepción de su gobierno e instar a que se investigue a
los responsables. El segundo evento es la entrevista ofrecida por el
propio presidente Ortega a FOX TV de los Estados Unidos, donde afirma
que "no pasó nada en Nicaragua hace una semana". El ejército paramilitar
que ha reprimido a la población desarmada en la sangre solo ha
respondido "a las fuerzas políticas" de la oposición, no hay "un
sacerdote que pueda decir que fue atacado por el gobierno", ni "nadie
jamás" murió en ninguna iglesia.
Ayer, jueves 26 de julio, el mismo Vicepresidente de los Estados Unidos,
Mike Pence, respondió a estas declaraciones, que acusaron a Ortega. "En
Nicaragua, el gobierno del presidente Ortega prácticamente combate una
guerra contra la Iglesia Católica", dijo Pence durante una ceremonia en
el Departamento de Estado que organiza una cumbre sobre la libertad
religiosa con la participación de más de 80 representantes de gobiernos
de todo el mundo . Luego, el Vicepresidente de los Estados Unidos hizo
el mismo comentario en su cuenta de Twitter.