Managua, NICARAGUA (Agencia Fides, 10/07/2018) – El fin de semana vió mucha sangre derramada
en la zona de Carazo, con un número indeterminado de muertos, 9, o tal
vez más, como resultado de la represión del gobierno cada vez más
violenta contra la población que continúa su protesta. Especialmente
grave es el episodio que ha visto a los paramilitares entrar con
violencia en la basílica de San Sebastián, en la ciudad de Diriamba, a
40 km de la capital, donde con mucha violencia han destruido los
ornamentos sagrados y físicamente han agredido a los obispos, a los
sacerdotes y a las personas que se habían refugiado, incluidos los
periodistas que realizaban su trabajo.
"Fuimos atacados con una fuerza brutal," informó al cardenal Leopoldo
Brenes, Arzobispo de Managua y Presidente de la Conferencia Episcopal de
Nicaragua, que junto con el obispo auxiliar. Silvio Báez, y el Nuncio
Apostólico, Mons. Waldemar Stanislaw Sommertag, estaban en la basílica.
Habían llegado ayer a Diriamba llamados por sacerdotes locales, para
defender a un grupo de enfermeras y franciscanos que se habían refugiado
en la iglesia desde que fueron consideradas culpables de haber tratado
de curar a los heridos. La basílica estaba
rodeada por unos 200 paramilitares encapuchados, así como policías
fuertemente armados, algunos con rostros cubiertos.
Según fuentes de Fides, cuando la delegación católica llegó a la
iglesia, acompañada por representantes de la Asociación Nicaragüense de
Derechos Humanos (ANPDH), los agentes uniformados se han ido, así los
hombres enmascarados actuaron sin problemas para asaltar y profanar el
lugar sagrado.
"Hemos visto la acción dura, fuerte y brutal en contra de nuestros
sacerdotes. Nunca hemos visto nada como esto en Nicaragua y es muy
triste", dijo a la prensa el cardenal. Brenes después de la oración en
la Catedral de Managua luego de regresar de Diriamba. "Con la violencia
entramos en un camino sin salida, los problemas se resuelven con la
razón y el diálogo", escribió Mons. Báez, que la agresión fue herido en
el brazo derecho.
Esta agresión a los obispos tiene lugar en el contexto de la crisis
socio-política que empeora cada vez más. El pasado sábado, 7 de julio el
Presidente Ortega ha manifestado públicamente su decisión de no
renunciar al cargo, como es requerido por los obispos que están mediando
para salir de la grave situación: "Aquí las reglas las pone la
Constitución de la República. No pueden venir a cambiarlas de la noche a
la mañana simplemente porque se les ocurrió a un grupo de golpistas",
dijo, expresando también palabras amenazantes hacia los Obispos. Los
seguidores de Fides informan que Ortega ha ordenado una acción enérgica
para poner fin a las protestas antes del 19 de julio, fecha del 39.mo
aniversario del triunfo de la revolución sandinista.