Cebu, FILIPINAS (Agencia Fides, 13/07/2018) –"Es urgente despertar y luchar contra la cultura
de la impunidad y la violencia en el país": este es el llamado lanzado
por los Redentoristas de Filipinas, con motivo del 33º aniversario del
secuestro del sacerdote Redentorista Rudy Romano. En un comunicado
enviado a la Agencia Fides, la Congregación del Santísimo Redentor
afirmó que "ha caído en Filipinas una atmósfera de miedo, violencia y
ansiedad".
El texto hace notar: “La creciente cultura de impunidad y apatía en
nuestro país que ha motivado a personas desalmadas a matar hermanos y
hermanas indefensos, incluyendo sacerdotes y pastores, son señales
amenazantes de que el espíritu maligno y sus siervos están decididos a
hacer daño a Jesús a través de su Santa Iglesia “, dice la declaración
firmada por el p. Ariel Lubi, superior de la viceprovincia de los
Redentoristas de Manila, y el padre. Copérnico Pérez Jr., superior de la
congregación en la provincia de Cebú.
“No podemos permitir que esto continúe sucediendo. Invitamos a nuestros
filipinos a estar atentos y ser la voz de los que no tienen voz y no
permanecer indiferentes frente a la persecución de la Iglesia y el
flagrante asalto a los derechos humanos de nuestro pueblo “, agrega el
texto.
Romano, un sacerdote activista, fue secuestrado por hombres armados en
Barangay Tisa, en la ciudad de Cebú, el 11 de julio de 1985. Nunca lo
volvieron a ver.
Su desaparición fue recordada por amigos, seminaristas y miembros del
clero con una misa e con de velas en la Iglesia Redentorista y un
servicio de oración en una placa que lo recuerda en Tisa, que describe a
los secuestradores como agentes del “depuesto régimen de Marcos”.
“Nuestro duelo y nuestras lamentaciones se vuelven más intensas y
profundas a medida que seguimos presenciando en estos días la muerte
brutal de nuestros rebaños, incluidos nuestros pastores”, se lee en el
texto, haciendo referencia a la campaña de ejecuciones extrajudiciales
que se están registrando en la "guerra contra las drogas" lanzada por el
presidente Rodrigo Duterte y los recientes asesinatos de sacerdotes que
han asolado el país.