Seúl, COREA DEL SUR (Agencia Fides, 27/07/2018) – Tras el repentino colapso de una presa en la
provincia meridional de Attapeu, Laos, el cardenal Andrew Soo-jung Yeom,
arzobispo de Seúl, ha enviado sus condolencias por las víctimas del
trágico desastre y una contribución de 50,000 dólares. En el mensaje,
recibido por Fides, el cardenal Yeom expresa su “profundo dolor por la
pérdida de vidas humanas y por los heridos provocados por la rotura de
la presa", asegurando que orará por el "descanso de los muertos y para
que llegue el consuelo de Dios a todos los laosianos que sufren la
pérdida de sus familias y de sus amigos". "Sobre todo, espero desde el
fondo de mi corazón, –continúa el cardenal-, que las personas
desaparecidas regresen sanas y salvas a sus casas y que las víctimas
reciban la ayuda y el apoyo necesario lo antes posible", añadió.
Mientras que el cardenal Yeom envió su carta de condolencias al pueblo
de Laos a través del vicariado apostólico de Pakse, -la jurisdicción
territorial misionera de la Iglesia católica en Laos-, el grupo ‘One
Body One Spirit Movement’, de la arquidiócesis de Seúl ofreció para la
emergencia 50.000 dólares al arzobispo Paul In-Nam Tschang, delegado
apostólico en Laos.
El 24 de julio el Papa Francisco envió un mensaje a las autoridades de
la nación, a través del secretario de Estado, el cardenal Pietro
Parolin, en el que expresó su "sincera solidaridad con todos los
afectados" y ofrecía sus oraciones "especialmente por el descanso de los
muertos, la curación de los heridos y el consuelo de todos los que
sufren”. Del mismo modo, el Santo Padre alentó a las autoridades civiles
y a todos los involucrados en las actividades de búsqueda y rescate a
continuar.
El colapso de un dique en construcción en la provincia de Attapeu, en
Laos meridional, en la frontera con Camboya la noche del 24 de julio,
provocó una avalancha de agua y lodo que arrasó varias aldeas y todo lo
que encontraba a su paso. Hasta ahora se ha registrado 30 muertos, 131
desaparecidos y más de 6.000 personas sin hogar. La zona es de difícil
acceso, por lo cual la información sobre la magnitud de los daños y el
número de víctimas no es exhaustiva.