Wa, GHANA (Agencia Fides, 27/07/2018)- Buscar a los discapacitados mentales en la calle y
darles comida, ropa limpia y adecuada atención. Es el proyecto que
monseñor Richard Kuuia Baawobr, obispo de Wa, Ghana, lanzó en 2016 para
ayudar a aquellos que sufren de trastornos psiquiátricos. Un proyecto
que está arrojando sus primeros resultados y quiere ir más lejos,
creando consultorios modernos y combatiendo, además, el estigma social.
Según la información recogida por Fides, la enfermedad mental es un tema
sensible en Ghana. Según la Organización Mundial de la Salud, de 21,6
millones de ghaneses, 650.000 padecen un trastorno mental grave y otros
2.166.000 sufren un trastorno mental leve o moderado.
Sin embargo, los servicios de salud mental existen sólo en las grandes
ciudades y tienen un enfoque obsoleto. De hecho, los principales
organizaciones internacionales desaconsejan las grandes instituciones,
debido a la imposibilidad de atender cuidadosamente cada paciente, y, en
su lugar, recomiendan la creación de centros pequeños repartidos en
cada territorio. Algunos de estos centros existen en las comunidades
rurales ghanesas, pero son privados y sus servicios no están al alcance
de todos. A ello se suma el estigma del cual son víctimas los enfermos
mentales, quienes son abandonados por sus familias y, además, son a
menudo maltratados, aislados y vejados. Sus derechos son negados
sistemáticamente.
Para satisfacer las necesidades de estas personas vulnerables, monseñor
Richard Kuuia Baawobr ha puesto en marcha un proyecto que involucra a
las parroquias, organizaciones religiosas, religiosos y laicos. Desde
2016, grupos de voluntarios llevan alimentos y ropa a las personas
mentalmente enfermas que vivían en las calles. Posteriormente, algunos
médicos y enfermeras se sumaron al proyecto para proporcionar cuidado y
medicinas.
Dos años después, el proyecto está bien estructurado, pero el obispo ha
decidido ir más allá. "Planeamos, -anunció a Fides-, construir un centro
de rehabilitación donde los enfermos que viven en la calle puedan ser
hospedados. Aquí podrían recibir el tratamiento necesario y seguir un
proceso de rehabilitación, para después reintegrarse en sus comunidades
de origen". El proyecto aspira incluir al servicio de salud de Ghana,
que debería ofrecer los medicamentos y las consultas para ayudar a los
pacientes a volver a la normalidad.
El obispo quiere también luchar contra la exclusión. "En colaboración
con la Unidad Mental de Wa -acota- produciremos un programa de radio
para educar al público sobre la salud mental y la necesidad de que las
familias, las comunidades y la sociedad de acepten la enfermedad para
ayudar a los enfermos durante y después del tratamiento. Durante las
terapias, los pacientes también recibirán formación profesional con el
objetivo de que sean autónomos, mejoren su situación económica y
aumenten su autoestima”.