Santa Cruz de la Sierra, BOLIVIA (Agencia Fides, 17/072018) - “Se pusieron sobre la mesa
temas relacionados con la fe, pero también con la vida de nuestros
pueblos. Esto refleja que nuestro Congreso no fue solo un acontecimiento
espiritual, sino algo encarnado, atento a la realidad, que muestra que
somos conscientes de los desafíos a los que nos enfrentamos y que
queremos abordar desde la perspectiva de los católicos comprometidos en
el mundo de hoy”. Monseñor Eugenio Scarpellini, obispo de El Alto,
Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de Bolivia y
Coordinador General del V Congreso Americano Misionero CAM 5, fue el
encargado de llevar a cabo el primer balance del congreso que calificó
como “altamente positivo”.
“Hemos venido de todos los países de las Américas dos cardenales, 95
obispos, 450 sacerdotes, 130 seminaristas, 120 religiosos y religiosas y
muchos, muchos laicos comprometidos” que, junto a los voluntarios y
organizadores, superamos la cifra 3.100 personas inscritas. Unos números
que el obispo ha interpretado como indicadores de “una Iglesia con el
estilo de Francisco, una Iglesia misionera, en salida”. Monseños
Scarpellini, a continuación, hizo hincapié en la importancia de “la
actitud y ambiente de fiesta” vivido continuamente en Santa Cruz, junto
con la voluntad de profundizar en la misión, en la buena noticia de
Jesús, “que quiere llegar a todos”, algo que se ha dejado ver en todo
momento durante los trabajos llevados a cabo “con gran interés y
participación de los congresistas”.
El profesor Roberto Tomicha, de la Pontificia Universidad Boliviana San
Pablo (PUBSP), en conversación con la Agencia Fides, habla de un evento
“inspirado en el magisterio de Francisco”, desde la preparación hasta el
documento de trabajo. Una propuesta que también se reflejó en el
trabajo grupal y se expresó en el documento final. El profesor boliviano
ve una “armonía” panamericana en términos “de temática, metodología e
intercambio”, a pesar de la variedad y la diferencia de las culturas
representadas. Tomicha, especialista en la teología indígena, ha
coordinado durante el Congreso un grupo de trabajo sobre las culturas y
los pueblos indígenas, durante el cual, destaca, ha notado, de parte de
los participantes, la aportación de “sus experiencias y profundas
reflexiones sobre la realidad en la que están inmersos”, porque han
venido a Santa Cruz preparados y con “propuestas proféticas”.
Entre los principales retos de la misión ad gentes en América, indica el
destacado en el documento preparatorio del Sínodo especial sobre la
Panamazonía, relacionado con el “cuidado de la casa común” que “se
expresa en el cuidado de la naturaleza frente a la industria minera y a
los conflictos agrarios y socioambientales”. Incluso el diálogo con los
demás, “a todos los niveles”, es una tarea que no se ha completado, como
tampoco “la urgencia de un protagonismo importante y real de los
laicos, especialmente de las mujeres y los jóvenes” y la “recuperación
de la memoria y la sabiduría de la vida ancestral milenaria” de los
pueblos indígenas y afroamericanos, una deuda a pagar por una Iglesia
“que quiere inculturarse y ser creíble” en la sociedad.
El Rector de PUBSP, Marco Antonio Fernández Calderón, destacó una mayor
conciencia de la complementariedad ciencia-fe y de la necesidad de una
iluminación de la fe en la ciencia y la tecnología. Los ecos de los
delegados de los 24 países representados son entusiastas. Sor Ana María
Rivera, salvadoreña, habla de “un Pentecostés Americano”. El joven
sacerdote colombiano Edison Maya ha adquirido una nueva conciencia del
hecho de que “la Iglesia tiene la misma misión que Dios”, y debe
“descubrirla” en lugar de “construirla”. La diversidad de culturas y
propuestas, la seriedad en la búsqueda de soluciones a los problemas
sociales (aunque “misioneros, nosotros Iglesia, tenemos que bajar a las
calles y vivir lo que vive la gente”), además de una nueva atención a lo
que debería ser la mujer en la Iglesia fue algo que impactó a la
hermana Pauline Fofana, misionera camerunesa de las Cruzadas de la
Iglesia de la Madre Ignacia Nazaria (presentada como modelo y
patrona de la CAM, que será canonizada el 14 de octubre).
Al igual que otros muchos participantes, para el padre Valdo, de la
Congregación Brasileña de la Misión, el Congreso ha significado un
fortalecimiento en la “certeza de la alegría de la vocación misionera” y
el conocimiento de un camino no en soledad, sino con toda la Iglesia
del continente. El aprendizaje y la “apertura mental” para leer los
“signos de los tiempos” y para evangelizar según las pautas que han
surgido, adaptadas a las necesidades actuales, son la aportación que
Julio, un seminarista de El Alto, se lleva del evento. El CAM 6 tendrá
lugar en Puerto Rico en 2023, como anunció el arzobispo de Santa Cruz,
Sergio Gualberti, durante la Misa de clausura.