Davao, FILIPINAS (Agencia Fides, 25/07/2018) - La Cámara de Representantes de Filipinas
ratificó ayer la versión final de la ley de creación de la nueva “Región
Autónoma de Bangsamoro”, una entidad territorial específica para las
comunidades islámicas que viven en la isla de Mindanao, en el sur de
Filipinas. El Senado ya había ratificado la ley el lunes por la mañana y
ahora está a la espera de la firma del presidente Rodrigo Duterte,
quien ya ha anunciado su total respaldo a la medida.
La ley crea una nueva entidad política autónoma que sustituye a la
antigua región autónoma e incluye seis provincias (Basilan, Lanao del
Sur, Maguindanao, Sulu y Tawi-Tawi), mientras que otros municipios fuera
de esas provincias podrán formar parte de la región a través de una
referéndum.
La confirmación llega una década después de que el Gobierno de Filipinas
y el Moro Islamic Liberation Front (MILF) hubieran firmado un acuerdo
de entendimiento sobre los dominios ancestrales en 2008, que no entró en
vigor merced a un fallo de la Corte Suprema, que lo declaró
inconstitucional. La nueva ley incluye un acuerdo con el Moro Islamic
Liberation Front (MILF) pero también con el Frente Moro de Liberación
Nacional (MNLF), ambos grupos guerrilleros involucrados en el nuevo
pacto y en la nueva institución. La región estará encabezada por un
primer ministro y un parlamento en el poder durante tres años.
En política, en la sociedad civil, en las comunidades religiosas
islámicas y también en la Iglesia católica hay un gran consenso respecto
a este movimiento político del gobierno de Duterte. Entre los líderes
religiosos, el cardenal Orlando Quevedo, arzobispo de Cotabato, elogió
la aprobación de la ley como un “paso importante para prevenir y detener
la proliferación del extremismo y el radicalismo islámico en el sur del
país”.
Según ha declarado a la Agencia Fides el padre Sebastiano D'Ambra,
misionero del PIME en Mindanao, comprometido en el diálogo
islámico-cristiano, “la nueva región autónoma cumple con las demandas
legítimas de justicia social y libertad de las comunidades musulmanas.
Será importante ahora continuar con convicción en los caminos del
diálogo, la colaboración y cercanía espiritual entre cristianos y
musulmanes para construir una cultura de paz y convivencia armoniosa
entre todas las comunidades religiosas de Mindanao”.