Managua, NICARAGUA (Agencia Fides, 21/07/2018) – La tensión en Nicaragua no se alivia después
de la celebración del 39º aniversario de la revolución sandinista que
marcó el final del dictador Anastasio Somoza. En la celebración del 19
de julio no hubo la gran masa de gente como en otros años, y el
presidente Daniel Ortega describió una situación de conflicto
completamente ajena a la realidad, acusando a los obispos de Nicaragua
de ser "conspiradores" y "golpistas ", y añadió irónicamente:" Pensé que
eran mediadores, pero le pidieron al Presidente que saliera, son
parciales, han manobrado un golpe de Estado contra el gobierno". Luego,
el presidente acusó a la comunidad católica: "Nunca han convocado
manifestaciones pacíficas, y si la policía entró en las iglesias es
porque son cuarteles, ocultan armas".
La reacción de la comunidad católica es internacional: varias
Conferencias Episcopales han organizado jornadas de oración y ayuno por
Nicaragua, el CELAM ha convocado a todas las Iglesias de América Latina a
celebrar el domingo 22 de julio como día de oración por Nicaragua: " El
próximo domingo, 22 de julio, es nuestro deseo y pedimos que en todas
nuestras celebraciones, en todas las comunidades de creyentes de todos
nuestros países, se eleve una oración especial para el pueblo de
Nicaragua ", reza el texto enviado a la Agencia Fides.
Hay muchas organizaciones católicas que han expresado su solidaridad con
la comunidad católica y el pueblo de Nicaragua: la Agencia Fides
recibió, entre otras, las declaraciones del Consejo de Conferencias
Episcopales de Europa (CCEE), de la Confederación Latinoamericana de
Religiosos (CLAR), de diversos órdenes religiosas y congregaciones, como
los Redentoristas, que tienen misioneros que comparten los sufrimientos
del pueblo nicaragüense en algunas parroquias que han sido atacadas.
A nivel político, varios países se han declarado a favor de la mediación
de los Obispos para seguir el camino democrático del diálogo y
encontrar una solución pacífica. La Organización de los Estados
Americanos también se ha pronunciado a este respecto de la misma manera.
Desafortunadamente, la violencia del gobierno continúa y en algunos
lugares logra imponer el terror y el miedo, hasta el punto de que las
familias comienzan a pensar en abandonar el país como una solución
extrema. Costa Rica, un país fronterizo con Nicaragua, ha abierto dos
sedes para dar cabida al creciente número de migrantes que huyen de
Nicaragua. Según el canciller Epsy Campbell, en la última semana, todos
los días "entre 100 y 150 personas han llegado por primera vez a Costa
Rica".