Santa Cruz de la Sierra, BOLIVIA (Agencia Fides, 13/07/2018) – En el 5° Congreso Misionero Americano de Santa Cruz de la Sierra
(Bolivia), titulada "América en misión, el Evangelio es alegría" se
vivió un clima de compromiso y de esperanza. La reflexión sobre el tema
"Anunciar a Cristo en el mundo de hoy" (así se tituló su conferencia),
fue encargada a Mons. Santiago Silva, Obispo castrense y Presidente de
la Conferencia Episcopal de Chile. El obispo tomó las lecciones del modo
de evangelizar de Jesús en el mundo judío, quien proponía un cambio de
paradigma profundo, así como lo hizo Pablo. Éstos – señaló – se vieron
en la necesidad de interactuar con otra cultura, la grecorromana, para
comunicar el Evangelio. Frente a una cultura "de muchos dioses", del
culto al cuerpo y del placer, del rango y de la influencia social, el
apóstol propone cambios culturales: El honor no viene más de la "auto
exaltación y de ser servido," sino “de la
humildad y del servir"; el estatus social importante ya no se basa más
en ser amos y tener esclavos, sino en la "libertad para servir"; el
control de los demás a través de la política es superado "por el
servicio y la solidaridad". En fin, la estructura familiar patriarcal da
lugar a la "familia de fe". Pablo llama a abandonar los cultos que "no
generan vida" ("nadie hasta ese momento había intentado que otro cambiar
de religión") para abrazar el Dios que da vida.
Y sugiere su testimonio. ¿"Pablo lo ha logrado: no lo lograremos
nosotros? ¿Pablo tenía el don del Espíritu Santo: no lo tenemos nosotros
también? ¿Paolo enfrentaba una cultura de que lo retaba: y nosotros?
¡Valentía: Podemos!" dijo a los presentes Mons. Silva, a quienes todos
respondieron en coro de "¡Sí, sí se puede!" El prelado recordó, luego,
la transformación profunda de una evangelización pre conciliar, centrada
en la Iglesia como único medio de salvación, a una concepción que le
quita a la Iglesia la exclusividad sobre la presencia de Cristo, que "es
más grande que la Iglesia". La Iglesia, comentó, está "al servicio de
la misión", "sale no para dejar que otros entren, mas para colaborar en
el proyecto del Padre, a fin de que Cristo germine donde todavía no
está".
Por lo tanto, la evangelización hoy en día es "dialogar con las
diferentes realidades, donde faltan las semillas de la palabra". Hoy en
día es necesario “hacerse cargo de la humanidad de la persona” para
presentar en una cultura de la imagen, “la imagen de Cristo en nuestra
persona". "Debemos pasar de una evangelización centrada en la
argumentación a una centrada en las imágenes", afirmó. "El kerigma es un
acto de comunicación", no sólo verbal. Por eso, se requiere que
"nuestra propia corporeidad esté evangelizada" y "que nosotros mismos
seamos la buena noticia".
El jesuita Sergio Montes, de Bolivia, en la segunda conferencia del día,
insistió sobre la necesidad que los misioneros estén "plenamente
compenetrados en la realidad social". “Si esta sociedad, violenta e
injusta no es parte de mi vida, le predico a las nubes", dijo. Pidió
también una reflexión sobre la predicación del Evangelio "en el
continente donde la mayoría se declara cristiana mientras que tenemos
tanta violencia, desigualdad y pobreza". Ante una realidad que a veces
desalienta, sostuvo, podemos "derribar muros, construir puentes,
reconciliar, coser heridas, reparar daños, si nos dejamos inspirar por
el Espíritu Santo" y después "pasar a la acción" para construir
comunión. Podemos hacerlo, resaltó, "se nos sentimos corresponsables de
eso que vive la sociedad en la cual anunciamos un Reino de Dios, que
comienza aquí y ahora", a través de la propuesta del Evangelio
atestiguado sobre todo "con nuestra
participación en la vida del otro, saliendo de nosotros mismos para
encontrarlo realmente".